Una cuarta parte de la población mundial no hace el ejercicio físico suficiente como para producir beneficios en el organismo. Estos datos fueron presentados por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como resultado de un estudio realizado por la Dra Regina Guthold y publicado recientemente en la prestigiosa revista científica The Lancet Global Health, tras analizar resultados de actividad física entre los años 2001 y 2016 en más de 160 países.
Según este estudio, aproximadamente el 26% de la población española no realiza la actividad física que se considera necesaria para conseguir beneficios para la salud. Esta inactividad física es mayor en países ricos y entre las mujeres, principalmente. A nivel mundial, los países de Latinoamérica son los que concentran la mayor parte de población inactiva.
Conviene recordar, que para que la actividad física aporte beneficios a la salud deben realizarse semanalmente unos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física fuerte.
De manera más coloquial e intuitiva, se considera actividad física moderada aquella que causa un aumento de la respiración y sudoración como consecuencia de una actividad física superior a la realizada al caminar a paso ligero. Esto supone que al caminar el habla es entrecortada, el latido cardiaco se acelera, causa gran sudoración y puede ser resultado de actividades como caminar a paso ligero, correr o hacer multitud de tareas cotidianas a un ritmo elevado.
La actividad física fuerte se reserva para la ejercitada durante la realización de deportes como pueden ser partidos de fútbol, baloncesto o tenis que suponen un esfuerzo físico mantenido durante el mismo.
La investigación comentada supuso una participación de cerca de 2 millones de personas de 168 países de todo el mundo, estando representados los 5 continentes. Las conclusiones del estudio demostraron que la inactividad física no está disminuyendo a nivel mundial.
No se están consiguiendo los niveles mínimos recomendados de actividad física. Y esto es preocupante porque esta escasa actividad física se relaciona con un comportamiento sedentario, y ambos se relacionan con factores de riesgo cardiovascular que son la principal causa de mortalidad en los países desarrollados.
Esto es un motivo suficiente como para que se inculque una actividad física saludable en los hijos e incluso en los nietos.
Causa sorpresa conocer a raíz del estudio, que los países ricos presentan el doble de inactividad física en comparación con los más pobres. Y además, esta falta de actividad física saludable ha ido aumentando durante los años en los que se realizó el estudio. En concreto, en los países de rentas altas la inactividad física era del 36% de la población, frente al 16% de los países con rentas más bajas.
Si se analizan las regiones a nivel mundial, el Caribe y Latinoamérica son las zonas del mundo con mayor inactividad física (39%), casi parecido a los países occidentales con mayores ingresos (37%). Otros países con altas tasas de inactividad física son Kuwait, Arabia Saudí e Irak.
Los países con menores tasa de inactividad física fueron Uganda y Mozambique.
Parece ser que la explicación al alto nivel de inactividad física puede estar en que la población tiende a ocupaciones más sedentarias, donde los desplazamientos para acudir al trabajo y durante el tiempo de trabajo están más automatizados. Es fundamental para nuestra salud combatir el sedentarismo.
El uso de ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos han incrementado los hábitos sedentarios en la población, y por tanto, la falta de actividad física recomendable. Tanto durante el trabajo como en los momentos de ocio.
Y lo mismo sucede con los desplazamientos que dependen del transporte motorizado, y menos de las bicicletas o caminar.
En España, las mujeres presentan menor actividad física que los varones, con un porcentaje del 30% frente al 22% de los hombres. Y esto sucede desde la edad juvenil según se ha recogido en otras investigaciones. A nivel mundial, 1 de cada 3 mujeres no hace la actividad física recomendada, y 1 de cada 4 varones tampoco alcanzan el mínimo saludable.
Toda esta ausencia de actividad física supone riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, pero también diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, la hipertensión arterial o las dislipemias.
Aunque la OMS promulga que los gobiernos deben promover medidas para que la población sea más activa, y especialmente entre las mujeres, la falta de motivación para el cambio es un factor de gran influencia en este patrón de conducta. El estilo de vida se puede transmitir a los hijos.
Adoptar medidas que promuevan los desplazamientos en transportes no motorizados como caminando o en bici, y permitir la actividad física durante la jornada laboral, o promover actividades deportivas en el tiempo libre son algunas de las iniciativas que podrían disminuir estos preocupantes niveles de inactividad física.