Distintos estudios de prevalencia de desnutrición en mayores la establecen en torno al 40-50% en mayores hospitalizados e institucionalizados. Los ancianos desnutridos tienen mayor riesgo de hospitalización, institucionalización e incremento de las estancias medias hospitalarias y mayor morbimortalidad.
Los factores de riesgo de desnutrición pueden verse en el listado adjunto:
• hospitalización o estancia en el hospital
• institucionalización o estancia en una residencia
• bajo nivel económico
• bajo nivel cultural
• vivir sólo, ya sea como consecuencia de viudedad o no
- dependencia funcional
• incapacidad para comer sólo
• mal estado boca
• alcoholismo
• polimedicación
• padecer enfermedades crónicas - depresión
• deterioro cognitivo o demencia
Todos estos factores de riesgo se pueden agrupar e interrelacionar entre sí en la misma persona, aumentando el riesgo de sufrir un estado de desnutrición. El personal cuidador o los familiares deben estar atentos a la presencia de dichos factores según su lugar de residencia, ya que ellos son quienes mejor conocen al mayor y pueden identificar los factores de riesgo que vamos a comentar. Incluso pueden hacer una sencilla valoración dietética viendo los grupos de alimentos que consumen, y valorando un posible desequilibrio nutricional que precisará ayuda de personal sanitario.
¿Qué deberíamos vigilar en los mayores que viven en su comunidad para evitar su desnutrición?
En los mayores que viven en su comunidad habitual y son totalmente independientes para las ABVD (Actividades Básicas de la Vida Diaria) debemos vigilar:
.- su nivel de pobreza y nivel cultural, por el acceso a alimentos adecuados y en buen estado o el acceso a recursos sociales que ayudan en su alimentación.
.- la soledad, como consecuencia de viudedad o no, en relación con procesos depresivos que pueden alterar la ingesta normal.
.- el mal estado dental favorece la caída de piezas dentarias que influyen en el proceso de digestión de los alimentos.
.- el alcoholismo puede influir en la adecuada nutrición del mayor, dado que el alcohol aporta energía sin nutrientes, se sienten saciados pero no comen los alimentos que necesitan.
.- dificultades de acceso a los alimentos y prácticas erróneas al cocinar.
¿Y en el caso de los mayores que viven en su comunidad pero precisan ayudas?.
En el caso de personas mayores que viven en la comunidad pero son dependientes para las ABVD es importante vigilar:
.- la presencia de deterioro cognitivo con pérdidas de memoria, fallos en el juicio o ejecución de pequeñas tareas habituales y bien conocidas por ellos, pero que dejan de realizar de manera correcta.
.- el aislamiento social
.- la presencia de enfermedades agudas o agudización de enfermedades crónicas
.- la depresión
.- las dificultades de acceso a la comida.
¿Y los mayores que viven en residencias?.
Las personas mayores institucionalizadas en residencias son cuidadas por profesionales. Suelen tener una alta dependencia física o psíquica, con frecuente polimedicación por padecer múltiples enfermedades crónicas y síndromes geriátricos de muy difícil manejo y control como los asociados a la demencia Alzheimer.
Veamos algunos de los factores de riesgo que más pueden incidir en una correcta alimentación del mayor, y que pueden llevar a un estado de desnutrición:
.- ingesta inadecuada: el tipo de alimentos, la frecuencia de consumo y su regularidad son factores a considerar. En los mayores es un indicativo de riesgo de desnutrición: consumir poca fruta y verdura, poca cantidad de leche, ausencia de ingesta de comidas calientes, periodos largos durante el día sin comer ni beber, depresión o soledad, cambios inesperados en el peso o alta dependencia funcional.
.- aislamiento social: la soledad es un factor importante de malnutrición. La convivencia con otras personas o recibir visitas mejoran los problemas dietéticos en los mayores.
.- edad avanzada: cuanta más edad tiene una persona, más problemas nutricionales presenta como consecuencia de sus enfermedades y del envejecimiento fisiológico.
.- pluripatología o coexistencia de múltiples enfermedades crónicas: los pacientes con patologías neurológicas como la demencia, la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebro vasculares influyen en la capacidad de masticación y deglución. Los pacientes bronquíticos crónicos o en situaciones de infección aguda pulmonar, urinaria o de otro tipo, el cáncer, la demencia, la depresión o la patología gastrointestinal empeoran la adecuada nutrición del mayor.
.– la incapacidad física o tener un alto índice de dependencia física puede ser causa o consecuencia de desnutrición, al verse limitado para acceder a los alimentos.
.– la polifarmacia, las patologías que afectan a la cavidad oral y los procesos de hospitalización son también factores que influyen en la desnutrición del anciano.
¿Por qué puede un mayor padecer desnutrición?
La ausencia de ganas de comer o anorexia en el anciano es causa de pérdida de peso y masa muscular, y puede originar una caquexia grave. Sus causas son variadas, como puede verse en el listado adjunto:
• sequedad de mucosa oral
• deshidratación de piel con ojos hundidos
. tumores
• depresión
• estreñimiento
• enfermedades neurológicas
• enfermedades crónicas inflamatorias
• insuficiencia cardiaca
. alcoholismo
• tabaquismo
• fármacos (diuréticos, digoxina, antidepresivos, neurolépticos, sedantes,…)
En función de los factores de riesgo del anciano, de la situación nutricional analizada, de la historia ponderal o peso y de los factores asociados se establecen las recomendaciones nutricionales óptimas para evitar el estado de desnutrición, e incluso valorar la prescripción de suplementos nutricionales.
Pero a veces podemos encontrarnos con una persona mayor que rechaza la alimentación, sobretodo cuando su capacidad cognitiva está alterada como consecuencia de una demencia. ¿Cómo podemos actuar?. Quizás lo veamos en otro momento.
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