El exceso de peso se refiere a un aumento del mismo, ya sea como obesidad o sobrepeso. La obesidad es un factor de riesgo asociado al aumento de grosor de la capa media de la arteria carótida. Esto favorece el riesgo de que ocurran eventos cardiovasculares en el futuro, incluyendo el infarto de miocardio o la muerte.
El exceso de peso que ocurre en la obesidad infantil y durante la adolescencia tienen efectos perjudiciales en la edad adulta. Al igual que la hipertensión arterial o la dislipemia, predice la presencia de un mayor grosor de una de las capas arteriales de la carótida, arteria que aporta aproximadamente el 80% del riego cerebral, y que es fundamental para conservar la salud cerebral.
Estos aspectos pueden ser suficientes para iniciar cuanto antes estrategias de disminución de ese exceso de peso. Ya sea modificando la dieta o la actividad física, y en los que la familia juega un papel fundamental a estas edades. Un estudio publicado en la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine en 2017 cuantificaba la repercusión del exceso de peso.
El aumento de peso asociaba aumento del riesgo cardiovascular y la aparición de eventos cardiovasculares cuando comparaban el grupo de población que había ganado más peso frente a los que habían aumentado mu poco o nada.
En ese estudio el mayor aumento de peso suponía un aumento de un 64% en eventos coronarios, 85% en riesgo cardiovascular, 124% de muerte, 117% en infarto de miocardio, 136% en ictus. Y todos estos aspectos eran independientes de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales como el tabaco, la hipertensión arterial, la diabetes o el exceso de colesterol.
Exceso de peso: para reducirlo, ¿cómo pueden contribuir las autoridades?
El potencial impacto del aumento de precios y tasas a ciertos grupos de alimentos ricos en azúcares sobre la prevalencia de obesidad, han conseguido reducirla discretamente.
Aún siendo una iniciativa que recomienda la Organización Mundial de la Salud, es necesario acompañarla de otras estrategias coordinadas para conseguir un impacto real en la población.
Ya hemos revisado en otras ocasiones la importancia de una dieta saludable y de hacer la adecuada actividad física, pero ¿cómo pueden contribuir las autoridades sanitarias?.
A continuación se presentan algunas de las más importantes ideas o argumentos que deben ir asociadas para que su efecto sea real, y no sólo un argumentario político.
Se debería:
- crear incentivos a alimentos saludables como frutas y verduras, y tasas fiscales a productos poco saludables.
- mejorar la educación sanitaria poblacional desde las más tempranas edades con un curriculum educativo adaptado a cada edad.
- elaborar una guía estándar sobre el contenido de grasas, azúcares y sal de los productos elaborados.
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- promover entornos saludables con facilidades para la actividad física, y dietas saludables en el entorno escolar y laboral.
- Controlar el marketing dirigido al consumo de comidas y bebidas por parte de niños y adolescentes.
- Mejorar etiquetado nutricional según contenido de grasas saturadas, sal o sodio y azúcar.
Aunque es recomendable implementar estrategias poblacionales para luchar contra la obesidad y otros factores de riesgo cardiovascular, esta acción debe ser coordinada y basada en evidencias.
De todos modos, hacen falta estudios más largos y rigurosos para evaluar los efectos sobre la salud en general, y sobre las enfermedades crónicas en particular.
Una de las guías científicas de prevención primaria cardiovascular (AHA 2019) recién publicadas hace mención especial a la lucha contra el exceso de peso, por sus complicaciones conocidas y por lo asumible de su terapia con una dieta y un ejercicio adecuados.
En adultos con obesidad y sobrepeso las guías de prevención primaria recomiendan disminuir el peso entre un 5 y un 10%. Con este pequeño cambio se puede mejorar la salud cardiovascular mediante consejo para modificar estilos de vida y restringir el aporte calórico tanto para conseguir como para mantener la pérdida de peso.
Aunque el exceso de peso es importante, desde el punto de vista de la salud cardiovascular también lo es medir el perímetro de cintura para identificar a las personas que presentan mayor riesgo cardiovascular.
Un exceso de peso que debería preocuparnos es el que presentan las personas con un perímetro de cintura mayor de 102 cm en varones y 88 cm en mujeres.
La medición del perímetro de cintura se mide con una cinta métrica a la altura del ombligo, en el punto medio entre el reborde las cotillas y el hueso de la cadera a la altura de la espina iliaca.
Tan sólo una reducción del 5% del exceso de peso ocasiona mejoras en el riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, dislipemia , diabetes tipo 2) en pacientes con obesidad o sobrepeso.
Las intervenciones de consejo dietético comprensible y estructuradas con monitorización de ingestas, actividad física y control del peso mejoran los resultados en la pérdida de peso
También se han detectado discretos resultados en aplicaciones o programas electrónicos de autoseguimiento para la obesidad.
Exceso de peso: un breve consejo.
La obesidad es una clara descompensación entre la escasa actividad física de la población y el incremento de disponibilidad, palatabilidad y accesibilidad de comidas con alto valor calórico muy apetecibles y asequibles.
Lo más recomendable para evitar y reducir el exceso de peso es:
- aumentar la actividad física a 150 minutos semanales se recomienda inicialmente para perder peso. Pero para mantener la pérdida de peso o evitar ganancias en el primer año se debe incrementar a 200-300 minutos semanales.
- La dieta debe reducirse en 500 kcal/diarias respecto a la dieta habitual, lo que significa una dieta para mujeres de 1200-1500 kcal/día y 1500-1800 kcal/día en varones.
Las dietas muy restrictivas de menos de 800 kcal diarias deben ser prescritas y controladas por personal especializado, y aplicada en situaciones muy concretas bajo supervisión médica.
Las intervenciones sobre el estilo de vida han causado una pérdida de peso de 8 kg de media a corto y medio plazo (hasta 12 meses), lo que supone entre un 5-10% del peso inicial.
Intervenciones de más de un año consiguen disminuir entre 1 y 2 kg anuales de media.
En 2020 se ha publicado un artículo basado en un estudio sobre 100 pacientes seguidos un año para valorar si la dieta de restricción energética o ayuno intermitente mejoraba los parámetros de salud frente a una dieta estándard de bajo contenido calórico. Los resultados no han sido suficientemente mejores como para considerar este tipo de dieta la ideal para reducir el exceso de peso.
Seguir una dieta saludable y ejercicio físico adecuado son la clave para vencer el exceso de peso, pero saber por qué los hijos deben hacerlo es fundamental para que sean adultos sanos.