El ojo seco es una patología ocular relativamente frecuente que afecta prioritariamente a personas mayores y que depende de una escasa lubricación ocular por las lágrimas que elabora el ojo. Es una afección crónica que provoca sequedad ocular y que se produce cuando el ojo no produce suficiente lágrima o esta lágrima es de mala calidad.
La prevención del ojo seco puede ser algo fácil de conseguir si se tienen en cuenta unos consejos básicos en la vida diaria. Además de seguir una dieta saludable existen ciertos aspectos que se deben considerar para abordar una patología que a veces pasa inadvertida en las consultas de Atención Primaria.
El principal síntoma es el dolor ocular, como si raspase algo al parpadear, sin que exista disminución de la agudeza visual.
En primer lugar, deben evitarse factores ambientales como el aire acondicionado o la calefacción en el domicilio o en el coche. Debe evitarse estar cerca de fuentes de corriente de estos sistemas ya que la velocidad del aire y las partículas que lleva el propio chorro de aire pueden impactar en la córnea directamente. El polvo en suspensión, el polen o los humos que hay en el ambiente se proyectan directamente y resecan el ojo causando dolor al parpadear o dolor ocular continuo.
Trabajar con la pantalla del ordenador muy cerca o con una intensidad lumínica excesiva así como con reflejos de la luz del sol sobre la misma, favorece un leve recalentamiento de la superficie ocular que impide que la lágrima se mantenga. Aunque existe una normativa de pantallas, conviene hacer descanso regulares al menos cada 45 minutos.
Si alguien tiene problemas oculares, se debe moderar el uso de lentes de contacto.
Seguir una dieta saludable ricas en verduras, frutas y pescados aporta todas las vitaminas que pueda precisar la adecuada salud ocular. si sigues esta dieta no son necesarios los complementos vitamínicos.
Es importante parpadear con frecuencia para recubrir el ojo de lágrimas. Mantener los ojos excesivamente abiertos sin cerrarlos favorece el ojo seco.
Si se practica deporte al aire libre conviene usar gafas de protección. Tanto en la nieve, al correr o en bicicleta como en cualquier actividad física realizada en el exterior, la protección ocular de los rayos ultravioleta precisa unos sistemas de protección homologados. Con más razón si quien practica el deporte es un niño.
En el mar o en la piscina no conviene abrir los ojos bajo el agua. La irritación que la alta salinidad del mar o la concentración de cloro en la piscina producen pueden dañar las estructuras externas del ojo, córnea y conjuntiva, causando dolor e inflamación.
Conviene usar regularmente lágrimas artificiales si se mantienen las condiciones de sequedad … pero esto es algo que debes consultar con tu médico para valorar si es necesario hacer un test de lágrima, o tiene que ver con alguna patología reumatológica crónica. Algunas enfermedades como el Síndrome de Sjöegren podrían explicar por qué tiene ojo seco.