La felicidad es un aspecto intrínseco de la salud y todos los profesionales sanitarios y educadores la conocen. El ser humano desde los primeros momentos de su vida tiene una tendencia natural a ser feliz, ya que la felicidad es un instinto primario positivo que causa placer y se asocia el concepto universal de salud.
Salvo personas con enfermedades mentales graves como la depresión o los trastornos de personalidadque alteran el comportamiento humano, la búsqueda de la felicidad es un fenómeno activo. Las actitudes y los comportamientos de cada uno de nosotros para buscarla son innatos y tendemos a encontrarlos de manera voluntaria.

Los filósofos clásicos estudiaban el comportamiento de las personas para explicar la felicidad. Así, Sócrates la definía como un momento en el que uno se encuentra a sí mismo. Para Platón la felicidad se relacionaba con el amor, sin embargo para Aristóteles consistía en hacer el bien.
El concepto de Séneca consistía en alcanzar la virtuosidad en algún campo, por lo que practicando la virtud en un área determinada es más fácil alcanzar la felicidad. Para Epicuro consistía en el placer, un aspecto más superficial pero con importantes reflexiones en la actualidad.
Para alcanzar la felicidad se deben superar las heridas del pasado, o los malos momentos vividos, superando lo que nos ha ocurrido. Es importante estar convencidos de que se puede conseguir y buscarla de manera activa, para que sea más fácil iniciar un camino hacia la felicidad. Conviene tener una salud adecuada y una mala memoria. Si siempre se recuerdan hechos tristes, la persona no sale del círculo vicioso que genera más infelicidad y es difícil salir del bucle.
Perdonándonos por un error o recordando hechos felices realizados o relacionados con un hecho trágico podemos acercarnos a un momento de felicidad como paso inicial.

Otro consejo consiste en tener una visión positiva de la vida. Hay personas que ven siempre el vaso medio vacío y es importante buscar de manera activa el vaso medio lleno. Los fracasos permiten a una persona enfrentarse y vencer o superar una frustración, y esto hace crecer a cada uno como persona ante la adversidad convirtiendo las derrotas del pasado en victorias del futuro.
La voluntad de alcanzarla se consigue con entrenamiento, y a veces es necesario saber enfrentarse a ciertas situaciones vitales con la ayuda de profesionales que pueden emplear técnicas de psicoterapia e incluso usar fármacos. No es nada malo utilizar estos recursos o estas ayudas aunque no es igual que con las enfermedades físicas. Si uno padece diabetes o hipertensiónarteriales fácil entender que precisan medicación, pero si padece una enfermedad mental existe cierto reparo a tomar dichos tratamientos.
La voluntad se entrena, no se toma en pastillas, pero puede requerir ayudas puntuales y consejos para conseguir objetivos concretos y alcanzables. A veces solo se precisa voluntad para conseguir objetivos, y con ayuda y esfuerzo es posible alcanzarlos.

Es importante tener en cuenta que el corazón y el cerebro deben estar en sintonía: no se debe ser muy temperamental y actuar mediante impulsos, como tampoco debe ser el corazón quien dirija todas las acciones. A veces la frialdad permite sobrellevar ciertos momentos difíciles en la vida, pero el equilibrio de ambos aspectos son fundamentales para alcanzar la felicidad. Esta es la base de un término muy actual que está de moda: la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es la capacidad para mezclar arte y oficio, instrumentos de la inteligencia y la afectividad. Todos estos consejos fallan si no tenemos un proyecto de vida, una hoja de ruta personal que nos guíe en aspectos tan importantes en la vida como el trabajo, el amor, el ocio, la familia, la amistad, los estudios, las actividades intelectuales o la actividad física.

En todas las áreas de la vida en el día a día deberíamos tener un objetivo, como un faro que oriente nuestro rumbo, aunque después dependa de las circunstancias de cada uno. A veces precisamos una ayuda no solo de un profesional sino de un amigo, de un ser querido.
La felicidad se consigue con esfuerzo y dedicación, con ganas de hacer las cosas bien hechas, sin caer en el perfeccionamiento, la histeria o la obsesión. Encontrando el equilibrio en buscar las cosas bien hechas, y con humor, podemos encontrar la felicidad.
El poder de la risa y de la sonrisa terminan derribando muros de intransigencia.
Lo habitual es que las experiencias trágicas con un poco de ayuda y ganas de superarlas por parte de uno, se recompongan las circunstancias que ayuden a encontrar la felicidad de cada uno. En nuestra sociedad, en la que la depresión y la ansiedad son las principales causas de consulta médica, tiene una gran influencia la manera en la que vivimos, en la que buscamos el ocio o el placer. Pueden desorientar los proyectos de vida de los adolescentes y llevarles hacia actitudes insanas como el sedentarismo principal causa de la obesidad infantil y juvenil.

Tener una vida activa intelectualmente ayuda a mejorar la habilidad de cada uno ante situaciones contrarias que pueden causar infelicidad: tan importante es leer como realizar actividad física manteniendo el dicho clásico “mens sana in corpore sano”.