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Las personas diabéticas tienen como pilar fundamental de su enfermedad mantener unos hábitos saludables. La actividad física reconocida como beneficiosa para la salud es de 30 minutos diarios al menos 5 días semanales. Sin embargo, en personas diabéticas conviene tener algunos aspectos en cuenta a la luz de las últimas evidencias científicas publicadas que actualizan los conocimientos actuales.

En las últimas décadas, la diabetes ha sufrido un aumento imparable de su prevalencia hasta convertirse en una de las pandemias de la actualidad, conjuntamente con las de la obesidad y el Covid-19.

Las recomendaciones de las últimas guías publicadas amplían el concepto de actividad física mucho más allá de un ejercicio físico planeado, e incluye la reducción del tiempo de sedentarismo, que es un concepto distinto.

 

 

Todas las personas diabéticas deben realizar actividad física de manera regular, reduciendo el tiempo de sedentarismo que debe interrumpirse cada ciertos minutos para obligar a tener cierta movilidad. Si padece también obesidad debe incrementar el tiempo total de actividad, además de modificar su patrón alimentario.

Las claves se encuentran en hacer ejercicio físico regular para mejorar los parámetros de glucemia, evitando episodios diarios de hiperglicemias mantenidas. Esto permite reducir la hemoglobina glicosilada entre un 0.5-0.7% sin añadir ningún tratamiento, un aspecto en el que en prevención cardiovascular en Atención Primaria se hace un seguimiento exhaustivo.

Los ejercicios físicos de alta intensidad resultan mejores que los de baja o media intensidad para disminuir la necesidad de insulinoterapia, aunque vigilando evitar episodios de hipoglucemia.

 

 

 


Los ejercicios de resistencia mejoran la fuerza muscular, la densidad mineral ósea, niveles de colesterol sanguíneo, tensión arterial, masa muscular y sensibilidad a la insulina.


 

Hacer ejercicio después de las comidas como puede ser pasear al ritmo de cada uno, mejora el efecto estabilizador de la actividad física sobre la glucemia e introduce a la persona en un hábito saludable.

Reducir el tiempo de sedentarismo con pequeñas dosis de actividad física puede reducir la sobrecarga de glucosa tras las comidas y los niveles de insulina, especialmente en personas diabética y con alto índice de masa corporal.

Para evitar hipoglucemias o bajadas de los niveles de glucemia durante o después de la actividad física, las personas diabéticas con insulinoterapia o ciertos fármacos secretagogos que le puede explicar su médico, debe aumentar la ingesta de carbohidratos e incluso reducir la dosis de insulina. Esto suele ocurrir en personas diabéticas jóvenes con niveles muy exigentes de ejercicio físico. Los carbohidratos que se deben tomar procederán principalmente de féculas o cereales integrales como las presentes en pasta, pan o patatas.


Las personas diabéticas que han sufrido algún tipo de cardiopatía como un infarto de miocardio, y que toman betabloqueantes deben adecuar su actividad física a la que les prescriba su médico para evitar problemas cardiacos, evitando ejercicios extenuantes.


 

Otras recomendaciones en personas diabéticas con complicaciones como retinopatía, neuropatía, enfermedad renal o hipertensión arterial son:

  • los ejercicios de bajo impacto para conseguir flexibilidad pueden ayudar a las personas sedentarias a establecer la actividad física como un hábito de salud.
  • los ejercicios de equilibrio son adecuados en personas mayores para establecer una rutina de actividad física.
  • es importante resaltar que tan sólo una pérdida del 5% del peso es beneficiosa para mejorar los niveles de hemglobina glicosilada, valores lipídicos en sangre y niveles de tensión arterial.
  • la actividad física moderada entre 4 y 5 días semanales ayuda a reducir la grasa visceral.

Las mujeres diabéticas embarazadas deberían participar en actividad física de intensidad moderada al menos 20 ó 30 minutos la mayoría de los días de la semana.

En cuanto a las personas con obesidad que han sido sometidos a cirugía bariátrica como parte de su tratamiento, el hecho de participar en un programa de ejercicio antes y después de la cirugía mejora los resultados de la misma.

Como conclusión, aunque es importante la actividad física total diaria, las personas diabéticas deben tener en cuenta ciertas consideraciones según los estudios científicos. Actividad física sí… ¡pero a ver cómo¡.