Dormir no sólo puede resultar placentero sino que es un aspecto fundamental de nuestra vida para gozar de buena salud. Algunos estudios indican que un descanso nocturno adecuado, se asocia a una reducción del riesgo cardiovascular. Dormir lo suficiente es un factor determinante para vivir más.
Este post es una revisión actualizada de una antigüa entrada de 2016 en la que se abordaba lo importante que es dormir bien.
Un estudio publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology, concluía que las personas que siguen unos hábitos de vida saludables y duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como un infarto de miocardio.

The Doctor (1891 ).Sir Luke Fildes 1843-1927 http://www.tate.org.uk/art/work/N01522
Además, hasta un 83% reducen el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellas personas que no siguen ningún hábito de vida saludable.
El estudio analizó los hábitos de vida y se vió que las personas con motivación, que mantenían una alimentación equilibrada, realizaban ejercicio físico de manera regular, moderaban el consumo de alcohol y no fumaban, reducían el riesgo cardiovascular en un 57% y el riesgo a morir por enfermedades del corazón en un 67%.
De acuerdo con los principios de la cronobiología, que valora los relojes biológicos que tenemos, dichos porcentajes se incrementaban en un 14% y en un 22% si dormían un mínimo de siete horas diarias.
De todos modos, dormir poco se asocia a una mayor incidencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial, elevación en sangre de colesterol y triglicéridos.
En el caso de la hipertensión arterial, mientras dormimos se relaja la musculatura lisa de las paredes de las arterias, produciendo un descenso fisiológico de la presión arterial entre un 10 y un 15 %.
El correcto descanso nocturno de entre siete y nueve horas debe acompañarse de los buenos hábitos ya conocidos como son una alimentación saludable, el consumo moderado de vino, el ejercicio físico constante y no fumar, para que incida positivamente en nuestra calidad de vida.
Consejos si hay dificultad para conseguir un sueño reparador.
En caso de necesidad, se pueden seguir estas recomendaciones de hábitos para dormir mejor:
- Evitar estimulantes durante la tarde que contengan teína o cafeína durante las horas previas a acostarnos. Ocurre lo mismo con otros productos estimulantes como el chocolate o el cacao.
- Alimentación ligera para dormir mejor: no es recomendable comer abundantemente antes de ir a dormir. Para cenar deberíamos evitar los alimentos pesados y los que contienen propiedades diuréticas, ya que nos harán levantar a media noche para ir al baño.
- Ejercicio físico sí, pero no a última hora del día: la actividad física constante ayuda a dormir mejor pero debemos evitar realizarla a últimas horas de la tarde o por la noche ya que esta eleva la temperatura de nuestro cuerpo y puede dificultar el sueño. Es recomendable separarla al menos 2 horas del momento en ir a dormir.
- El mito del alcohol: a pesar de que algunos piensen que una copa de alcohol puede ayudar a conciliar el sueño, lo cierto es que lo altera, y debemos evitar su consumo antes de ir a la cama.
- Horarios constantes: mantener unos horarios, incluso durante el fin de semana, nos ayuda a descansar correctamente. La cronobiología es la ciencia estudia cómo el tiempo cronológico influye en los parámetros fisiológicos.
- En cuanto a la siesta, descansar entre 20 y 30 minutos después de comer ayuda a recuperar fuerzas para afrontar mejor el resto del día, favoreciendo la relajación del cuerpo y provocando una bajada de la tensión arterial.
De esta manera cuidamos nuestro corazón, y si nuestras obligaciones laborales y paternas nos lo permiten, ayudan a mejorar nuestra calidad de vida: dormir bien para vivir mejor.