Desde hace algún tiempo, la ciencia investiga cómo los alimentos y los estilos de vida influyen en nuestra salud. Esto no es novedoso. Lo que sí resulta novedoso es conocer cómo influye una dieta antiinflamatoria en ciertas partes de nuestros genes, y cómo ayudan a aumentar o disminuir el riesgo cardiovascular mediante la producción de sustancias inflamatorias.
Parece ser que la elaboración de ciertos productos de inflamación favorecen el desarrollo de procesos fisiológicos que pueden favorecer la aparición de un infarto de miocardio o de un ictus.
Conviene transmitir la idea de que la salud de una familia se inicia en el supermercado, con una lista de la compra de productos saludables, evitando aquellos que pueden tener efectos más perjudiciales en nuestra salud.
Posteriormente las formas saludables de cocinar los alimentos comprados permiten disminuir los riesgos para el corazón y mantener una buena salud cerebral. Pero entre el momento de la compra y el cocinado, nos encontramos con un nuevo elemento que ayuda a la salud familiar: la nevera. La existencia en una nevera de ciertos alimentos permite reducir la inflamación. Quizás con una dieta antiinflamatoria podamos reducir el riesgo de un evento cardiovascular.
¿Cómo funciona una dieta antiinflamatoria?
Nuestro sistema inmunológico se activa cuando reconoce un microorganismo, el polen vegetal o ciertas sustancias químicas como algo extraño. Esto suele desencadenar un proceso llamado inflamación que ayuda a proteger nuestra salud.
Pero cuando la inflamación se mantiene de manera continua, como sucede en ciertas enfermedades, el efecto puede ser perjudicial. Y así, las enfermedades más prevalentes en nuestra sociedad y en los países desarrollados como el cáncer, las enfermedades cardíacas, la diabetes, la artritis, la depresión o el Alzheimer se relacionan con una inflamación crónica.
Estudios recientes realizados en Harvard por el Dr Frank Hu demuestran mediante estudios experimentales que muchos componentes de alimentos y bebidas pueden tener efecto antiinflamatorio, y por tanto formar parte de una dieta antiinflamatoria.
¿Cuáles son los riesgos para la salud de una dieta antiinflamatoria?
Algunos alimentos que se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o las enfermedades del corazón, también se asocian con el exceso de inflamación. Y según los autores del estudio no es sorprendente, ya que la inflamación es un importante mecanismo que favorece el desarrollo de dichas enfermedades.
Los alimentos poco saludables causan obesidad al incrementar las calorías que tomamos. Y la obesidad es un factor de riesgo para la inflamación. Pero en la investigación aún teniendo en cuenta este factor de confusión, se mantenía el efecto negativo de una dieta antiinflamatoria sin tener en cuenta el exceso de peso.
¿Qué alimentos forman parte de una dieta antiinflamatoria?
Aunque sólo vamos a ver algunos de los alimentos que forman parte de una dieta antiinflamatoria, es evidente que habrá muchos más. Y curiosamente forman parte de nuestra conocida dieta mediterránea, aunque también son elementos presentes en la dieta atlántica.
En una dieta antiinflamatoria, se deben incluir estos alimentos por su capacidad para reducir los fenómenos inflamatorios:
.- los tomates
.- el aceite de oliva
.- los vegetales de hoja verde como la espinaca, la acelga o las coles
.- los frutos secos como almendras, avellanas o nueces
.- los pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas.
.- las frutas como fresas, arándanos, cerezas y naranjas.
No se encuentra dentro de una dieta antiinflamatoria, ciertos productos elaborados que deben evitarse o reducirse en lo posible:
.- los carbohidratos refinados que aporta el pan blanco, las galletas o los pasteles.
.- los productos envasados como las patatas fritas y otros alimentos fritos o snacks
.- los refrescos y otras bebidas azucaradas
.- las carnes rojas y procesadas (salchichas, hamburguesas,…)
.- ciertas grasas sólidas como la margarina o la manteca
¿Cuáles son los beneficios de una dieta antiinflamatoria?
Todos los integrantes de una dieta antiinflamatoria como las frutas y verduras tienen un alto contenido de antioxidantes naturales y polifenoles, compuestos protectores para el corazón.
Los estudios también han asociado las nueces con marcadores reducidos de inflamación y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
Recientes estudios demuestran que el café contiene polifenoles y otros compuestos antiinflamatorios que ayudan al organismo a protegerse de la inflamación.
Pero lo que sí está demostrado es que la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, nueces, pan de granos entero, pescado y aceites saludables, ayuda a disminuir la inflamación. Un consumo moderado de alcohol como el vino o la cerveza, por su riqueza en polifenoles, y en el contexto de una dieta saludable también parece mejorar la salud cardiovascular, aunque no se analizó su efecto sobre la inflamación.
Una dieta más natural y menos procesada puede tener efectos beneficiosos para ti. No solo para reducir el riesgo de enfermedades crónicas, sino también para mejorar el estado de ánimo y tu calidad de vida.