COVID-19 será recordado para siempre en la memoria de todos nosotros por lo que supuso para nuestra sociedad: estado de alarma en el país, cierre de colegios y empresas, alta prevalencia en la población, mortalidad, resistencia y capacidad del sistema sanitario,… El manejo desde Salud Pública, Atención Primaria y Especializada precisó una coordinación nunca antes vista. Los tratamientos necesarios para luchar contra el COVID-19 precisan de un estado nutricional adecuado que repasamos de manera sencilla.
La afectación de pacientes con infección por el COVID-19 puede tener repercusiones en su estado nutricional. No sólo por síntomas gastrointestinales que causan dolor abdominal o diarrea, sino por infecciones víricas que afectan a la mucosa intestinal.
Pero el uso de los fármacos necesarios en la situación clínica del paciente, empleando antivíricos o antiinfecciosos, puede también tener repercusiones en su estado nutricional.
Y viceversa, el estado nutricional del enfermo influye en su porcentaje de supervivencia, como sucedió hace unos años con la infección por Ébola.
No se ha descrito ninguna dieta con base científica que pueda mejorar o evitar la infección por COVID-19.
Lo que sí se recomienda es que las personas en cuarentena por haber estado en contacto con el coronavirus, deben realizar una dieta saludable para poder tener un nivel óptimo vitamínico y de principios inmediatos esenciales necesarios para un correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Aunque hay pocos estudios al respecto, desde los países asiáticos distintas publicaciones mencionan la reducción considerable de la flora intestinal en los pacientes infectados por COVID-19, alterando su equilibrio bacteriano intestinal habitual.
Ese desequilibrio puede ocasionar alteraciones que pueden precisar suplementos nutricionales. Esta descompensación en la normal relación de las bacterias intestinales puede ser el motivo de que ciertas poblaciones aumenten u otras disminuyan, que incrementen las toxinas que producen, y finalmente causar una disbiosis de la microflora intestinal, que ocasiona una clínica similar a una gastroenteritis.
El uso de probióticos en estos pacientes permite reducir el agua de las heces, mejorar su producción y frecuencia de defecación y reducir la diarrea, inhibiendo la atrofia intestinal.
El soporte nutricional tiene gran importancia en el mantenimiento del equilibrio del ecosistema microbiano intestinal en pacientes COVID-19 graves o críticos. Pero también tiene su importancia en afectaciones leves.
La correcta hidratación simplemente con agua, caldos, sopa o consomés permite que las pérdidas de líquido por el sudor o la diarrea se recuperen.
Aunque se ha comentado que una dieta equilibrada rica en frutas y verduras es la base de cualquier dieta saludable para personas sanas o enfermas, existen recomendaciones de colegios oficiales que pueden ser de interés conocer.
El buen pronóstico de los pacientes graves dependen de un adecuado soporte nutricional instaurado lo más precozmente posible. Suele suceder en los pacientes ingresados en el hospital.
Aunque la preferencia sea por vía oral, ciertos enfermos de COVID-19 no pueden alimentarse por sí mismos dado su estado general.
El apoyo nutricional mediante alimentación lo más precozmente posible permite mejorar la mucosa intestinal, su inmunidad y mantiene correctos valores microbianos de la flora intestinal.
Puede realizarse aporte nutricional mediante sondas enterales que aportan los nutrientes necesarios mediante una sonda de colocación gástrica o intestinal. En este caso se tiene en cuenta la posible disfagia o dificultad para la deglución del paciente.
En otros pacientes críticos con intubación endotraqueal, la alimentación enteral es la única vía de alimentación.
Los servicios de Nutrición y Endocrinología son los que valoran si las necesidades de alimentación deben ser hipercalóricas o no, si deben presentar altos niveles proteicos o más bien deben emplearse proteínas ya digeridas, y si el suplemento debe ser adecuado para pacientes con diabetes.
En este tipo de aporte de nutrientes se puede emplear una bomba de infusión que permite mantener una velocidad uniforme de administración de nutrientes, así como su adecuada administración a una temperatura predeterminada.
En cualquier caso, la lucha de los equipos sanitarios contra el COVID-19 deben considerar especialmente su estado nutricional y su posibilidad para nutrirse. En casos leves por vía oral, y en casos más avanzados con técnicas de alimentación artificial que generalmente son temporales.