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CORDIOPREV es un ensayo clínico randomizado recientemente publicado que demuestra que la dieta mediterránea supera en beneficios de prevención secundaria cardiovascular a la dieta baja en grasas. CORDIOPREV se realizó en pacientes que ya habían tenido un evento cardiovascular y se asignaban aleatoriamente a una de estas dos dietas saludables.

Que la dieta mediterránea era superior a otro tipo de dietas saludables se había demostrado hace unos años en el famoso estudio PREDIMED.

frutas

Pero no había evidencias, o éstas eran muy vagas, en cuanto al beneficio que este mismo tipo de dieta podía aportar para prevención de eventos cardiovasculares mayores como un infarto de miocardio en pacientes que ya lo habían padecido.

 

Los tratamientos y las intervenciones invasivas, como puede ser la revascularización coronaria, han demostrado con evidencia científica contundente que su administración o aplicación mejora la morbimortalidad.

El estilo de vida es un claro determinante de que la dieta y la actividad física mejoran la incidencia y recurrencia de los eventos cardiovasculares. Entre ambos, la dieta saludable es la que más estudios ha presentado para demostrar su beneficio.

Hace años se comentaba que era importante reducir las grasas en la dieta y éste era el estándar de las recomendaciones que se hacía el paciente con enfermedad cardiovascular.

Posteriormente se habló de que los carbohidratos complejos debían reemplazar a las grasas saturadas en la dieta. Y en este tipo de dieta tenía una gran importancia la dosis adecuada de fibra que aportaba la dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de frutas y verduras, legumbres y cereales integrales.


Las carnes blancas y pescados principalmente grasos o azules, deberían ser la primera fuente proteica y el aceite de oliva, la principal fuente de grasas. Éste es el fundamento de la dieta mediterránea.


 

En el estudio PREDIMED, la dieta mediterránea había demostrado su eficacia y efectividad en la prevención primaria de personas que tenían un alto riesgo cardiovascular. Es decir, tenían un alto riesgo de padecer un evento mayor cardiovascular (infarto, angina instable o muerte súbita) pero no lo habían sufrido.

Pero no había evidencias a gran escala ni en ensayos clínicos de gran duración que demostrasen lo mismo en prevención secundaria, es decir, en personas que ya habían sufrido un infarto.
Y así surge este estudio que compara dos dietas saludables como son la dieta mediterránea y la dieta baja en grasas. El estudio se realizó sobre más de mil pacientes durante 4 años, y la evidencia es que la dieta mediterránea es mejor que la dieta baja en grasas para prevenir la recurrencia de enfermedades cardiovasculares.
dieta saludable
Las principales diferencias en la dieta de perfil mediterráneo frente a la dieta baja en grasas que se aplicaron en el estudio CORDIOPREV fueron:
– predominio de consumo de aceite de oliva virgen extra, sobre unos 40-60 gramos diarios que corresponde a unas 4 cucharadas soperas.
– menor consumo de otros aceites vegetales.
– menor consumo de cereales, legumbres y patatas.
– consumo de dos raciones diarias de lácteos enteros
– mayor consumo de carnes blancas como pollo, pavo o conejo sin piel ni grasas
– consumo de carnes rojas menos de una vez a la semana
– comer entre 2 y 4 huevos semanales
– no consumir mantequilla ni margarina, ni bebidas carbonatadas
– consumo opcional de vino sólo en bebedores habituales y en contexto de una dieta de este perfil, máximo un vaso diario en mujeres y dos en varones, pero sin promover su consumo como una medida de prevención cardiovascular.
– como técnica culinaria se recomienda el uso del sofrito al menos dos veces semanales.
El estudio CORDIOPREV debería servir para orientar las guías de práctica clínica y las recomendaciones de la dieta que se aportan a diario en las consultas de Atención Primaria.