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¿Qué es un ICTUS y cómo podemos reconocer los síntomas que lo causan?¿Podemos prevenirlo?

Los ictus cerebrales ocurren cuando se detiene el flujo de sangre a una parte del cerebro, como consecuencia de una obstrucción del flujo arterial cerebral en alguna de sus zonas. Generalmente causan daño cerebral permanente y pueden provocar incluso la muerte.

Pero, gran parte de la repercusión que tiene se debe a que generan distintos tipos de discapacidad. Los síntomas de un ictus varían según dónde la zona del cerebro donde ocurra el accidente cerebrovascular. 

El ictus hace mención a un grupo heterogéneo de enfermedades con sintomatología neurológica. Su inicio suele ser brusco, por ejemplo, cuando un émbolo sanguíneo sale del corazón que sufre una arritmia conocida como fibrilación auricular y se aleja en una arteria cerebral.

Un ictus que sucede en el lado izquierdo del cerebro puede ocasionar debilidad o entumecimiento en el lado derecho del cuerpo. Incluso puede afectar al habla y producir una incapacidad para hablar de manera adecuada. Si el ictus sucede en el lado derecho del cerebro, entonces la debilidad es en la mitad del cuerpo izquierdo.

 

 

 

Pero no siempre un ictus puede causar déficit en la circulación por obstrucción del riego sanguíneo, sino que puede causarse por extravasación de la sangre de un vaso que se ha roto, como consecuencia de una hemorragia.

¿Por qué tiene tanta importancia el ictus?

En España la patología cerebrovascular es la primera causa de mortalidad en las mujeres y la segunda en los hombres. Cada año aparecen unos 150-220 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.

Es importante considerar que la tasa de mortalidad del ictus o Accidente Cerebro Vascular (ACV) es de unas 24-38 muertes por cada 100.000 habitantes.

ictus

La persona que sufre un ictus puede tener una gran discapacidad aunque la lesión cerebral haya sido muy pequeña en las pruebas de imagen que se realizan para el diagnóstico, tanto una Tomografía Axial Computerizada o TAC, como una Resonancia Magnética Cerebral.

 

 

La cuestión está en el lugar del cerebro donde se produce la lesión. Además, es la segunda causa de demencia después de la Demencia tipo Alzheimer. Ambos aspectos tienen una gran repercusión social en la persona que lo sufre y en la familia con quien convive. Genera dependencia precisando los cuidados de terceras personas, así como un elevado gasto por los servicios sanitarios y sociales. 

Algunos cuadros de ictus pueden ser reversibles, generalmente en las primeras 24 horas. Es lo que se denomina como accidente isquémico transitorio, y aunque la recuperación sea total y no haya secuelas, las probabilidades de que en los siguientes meses ocurra un ictus establecido es mucho mayor de lo normal para su edad y riesgo cardiovascular.

¿Cómo puedo evitar un ictus?

Cuando una persona sufre un ictus, se produce una zona de cerebro sin irrigación sanguínea. Sucede algo similar a un infarto de miocardio pero en el tejido cerebral. Alrededor de esa zona infartada se produce una área de tejido periférico hipóxico, con menor oxígeno, pero que se puede salvar con una rápida actuación.

Este tiempo que tenemos para actuar ofrece la posibilidad de minimizar o reducir la zona muerta si se realiza una acción terapéutica fundamental que es la fibrinolisis. No todas las personas que sufren un ictus pueden optar a este tratamiento. Hay que valorar que el riesgo de complicaciones no supere al daño cerebral causado por el propio ictus.

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La mejor manera de evitar un ictus es conservar una adecuada salud cerebral: no fumar, controlar la hipertensión y la diabetes, disminuir los niveles en sangre de colesterol y reducir el sedentarismo y la obesidad son aspectos esenciales en la prevención.

 

 

 

¿Cómo podemos reconocer un ictus?.

Para reconocer un ictus debemos saber que cualquier pérdida brusca de facultades superiores puede orientarnos: hablar, comer, hablar, orientarse en un lugar conocido, coger un objeto, abrocharse una camisa, aparcar un coche, saber el funcionamiento de un objeto conocido, reconocer una cara,…

 

Sería interminable decir todos los síntomas posibles ya que cada una de estas acciones depende de un grupo de neuronas del cerebro. Pero de manera esquemática pensaremos en un ictus si sentimos:

  • Adormecimiento o debilidad repentina en la cara, el brazo o una pierna, especialmente en uno de los lados del cuerpo pero no en los dos. Esto ocasiona dificultad para mover una pierna o un brazo.
  • Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.
  • Dificultad para andar, pérdida de equilibrio o coordinación que ocasiona sensación de mareo.
  • Problemas repentinos para ver por un ojo.
  • Desviación de la comisura labial con incapacidad para hablar.
  • Dificultad para coger un objeto
  • Dificultad para hablar o para entender lo que se le habla.

 

Cualquier fallo neurológico puede ser un aviso de que algo no está funcionando bien a nivel cerebral, y que las consecuencias pueden ser dramáticas.

Cuida tu salud y haz ejercicio físico a diario. Es la mejor garantía para evitar un ictus.