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Una de las principales causas de mortalidad en nuestra sociedad son los accidentes cerebrovasculares. Conocidos como ictus o ACV, no sólo pueden causar la muerte sino que pueden generar una gran dependencia física y psíquica con importante alteración en la calidad de vida de quien lo sufre y de sus cuidadores.

El accidente cerebrovascular es consecuencia de que a una parte del cerebro no le llega suficiente flujo sanguíneo. Si se interrumpe dicho flujo, el cerebro no puede conseguir los nutrientes y el oxígeno necesarios, por lo que las células cerebrales mueren y no pueden ser recuperadas.

Si el accidente cerebrovascular dura menos de 24 horas se denomina accidente isquémico transitorio o AIT, consiguiendo reestablecer el flujo con el tiempo suficiente como para que no mueran las neuronas, con lo que as lesiones cerebrales no son tan severas.

 

 

Es importante distinguir los dos principales tipos de accidente cerebrovascular: el isquémico porque se obstruye el flujo sanguíneo, y el hemorrágico porque se rompe el vaso sanguíneo y no llega sangre al territorio cerebral que irriga dicho vaso. En ambas situaciones, la muerte de las neuronas que irriga ese vaso es lo que determina la sintomatología clínica del ACV.

Los factores de riesgo cardiovascular incrementan la probabilidad de padecer un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio. Ya hemos comentado cómo luchar contra los dos principales riesgos de padecerlos: la hipertensión arterial y la diabetes. Pero veamos algo más.



¿Qué es un factor de riesgo cardiovascular?

Un factor de riesgo cardiovascular incrementa la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular como es el accidente cerebrovascular. Algunos de estos factores pueden cambiarse pero otros no. Si eres capaz de controlar estos factores, es más probable que tu vida sea más saludable.

Veamos los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular. Empezaremos por aquellos que no se pueden modificar, como son:

la edad: el riesgo de accidente cerebrovascular aumenta con la edad, por eso es más frecuente verlo en personas mayores. Aunque ciertos ACV pueden presentarse como debut de una enfermedad rara en personas jóvenes.

el sexo: el hombre tiene mayor riesgo de padecer una enfermedad del corazón que las mujeres, mientras que las mujeres suelen tener más tendencia a sufrir un ACV.

la genética influye: si los padres tuvieron un accidente cerebrovascular, los hijos tienen mayor riesgo de sufrirlo.

la raza: los afroamericanos, los estadounidenses de origen mexicano o asiático o los hawaianos tienen un riesgo más alto de sufrirlo.

 

También es verdad que padecer ciertas enfermedades como el cáncer, la enfermedad renal crónica y algunos tipos de artritis favorecen sufrir un accidente cerebrovascular.
Algunas vasculitis o enfermedades que debilitan la pared de arterias y venas, pueden romper y causar un ACV probablemente hemorrágico.

Los coágulos de sangre del corazón pueden viajar al cerebro y causar un accidente cerebrovascular. Esto puede suceder en las personas con válvulas cardíacas artificiales o infectadas, pero lo más frecuente sucede con un trastorno del ritmo del corazón que se llama fibrilación auricular.

 

La hipertensión arterial es un factor fundamental para que el corazón se agrande y aparezcan estos trastornos que en esencia hacen que no se contraiga adecuadamente la aurícula y se remanse la sangre en esta cavidad del corazón. Al enlentecer la sangre se apiñan las plaquetas y otros factores, que generan pequeños coágulos o émbolos que son lanzados al cerebro con nefastas consecuencias.

Otros factores de riesgo cardiovascular que son modificables, y por tanto dependen de la capacidad de cada uno para suprimirlos, reducirlos o aumentarlos son conocidos por la población en general. Contra ellos hay iniciativas poblacionales en cuanto a reducir, por ejemplo, el contenido en sal, azúcar y grasas trans.

Pero a nivel individual, para evitar al máximo las posibilidades de padecer un accidente cerebrovascular, conviene controlar unos factores de riesgo que, con algo de motivación para cambiar hábitos de salud, pueden ser modificables:

smoking-cancer-clinicadomuiño.jpeg El tabaco. Si usted fuma, deje de hacerlo. No sólo va a disminuir el riesgo de sufrir cáncer, sino que va a reducir las complicaciones de la enfermedad pulmonar crónica o EPOC.

– Controle su colesterol con una dieta saludable, actividad física y los medicamentos necesarios para bajar el mismo, si es necesario.

 

– Controle la hipertensión arterial a través de la alimentación, el ejercicio y los medicamentos, de ser necesario. Pregúntele al médico cuál debe ser su presión arterial.

– Controlar la diabetes con una adecuada alimentación, ejercicio físico y medicamentos indicados.

Conviene hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día durante 5 días semanales. Esto supone 150 minutos de actividad física que es la cantidad estimada como para producir beneficios para la salud.

– Debe mantenerse en su peso ideal evitando el sobrepeso y la obesidad desde la edad infantil. Consumir alimentos saludables, comer menos y hacer ejercicio físico permite adelgazar.

 

Es importante el estilo de vida saludable. En este sentido, la dieta Mediterránea o su estilo de vida, permite un consumo moderado de alcohol en vino o cerveza, acompañado de un mayor consumo de frutas, verduras, frutos secos o pescados, por ejemplo.

 

El consumo de anticonceptivos en mujeres de más de 35 años que fuman, aumentan el riesgo de padecer ACV.

Consejos en nutrición para disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular.

Conviene repasar conceptos que seguramente ya conocerá, como por ejemplo elegir:


– una alimentación rica en frutas, verduras y cereales integrales en el pan.
una dieta con proteínas de alto valor biológico obtenidas de carnes magras de ternera,  pollo, pescado, en combinación con otras de menor valor biológico pero imprescindibles que aportan las legumbres.


– los productos lácteos deben ser bajos en grasas saturadas, reduciendo el consumo de mantequillas, margarinas y elaborados. La leche puede ser entera salvo en quienes tienen problemas de colesterol que debe ser baja en grasas.

-Evite el sodio  o la sal de los alimentos procesados y los productos horneados, así como la que se echa en las comidas. Dichos productos contienen también altas cantidades de grasas perniciosas.

En cuanto a los huevos, parece ser que su consumo diario no incrementa el riesgo cardiovascular, pero esto no significa que deban consumirse obligatoriamente.

Su salud empieza en la tienda, y la cesta de la compra saludable, es la mejor garantía para comprar más productos frescos y menos procesados o elaborados. Leer las etiquetas de los alimentos que compre le permiten detectar “grasa saturada”, y cualquier producto con grasas hidrogenadas o grasas trans, son grasas negativas para la salud.

Desgraciadamente, algunas personas que tienen un alto riesgo de sufrir un ACV o que ya lo han padecido, deben tomar rigurosamente antiagregantes como la aspirina o el ácido acetilsalicílico, o anticoagulantes como el acenocumarol o los nuevos anticoagulantes directos. Su control estricto y los cuidados que le indique su médico o enfermero son fundamentales.


Siga estas pautas y reducirá sus probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Y todas estas pautas deben iniciarse en la más tiernas edades de la infancia.