La prevalencia del síndrome de colon irritable está aumentando en los países industrializados. Las dietas ricas en ciertos nutrientes favorecen los frecuentes trastornos que se asocian a esta patología. Los hidratos de carbono de cadena corta fermentan a nivel digestivo, y causan síntomas muy molestos en personas con hipersensibilidad visceral.
Las reacciones fisiológicas del aparato digestivo a los hidratos de carbono causan intolerancia a los mismos, principalmente oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos o polioles fermentables. Es algo similar a lo que sucede en la enfermedad celíaca con el gluten.
La mala absorción de estos azúcares ocasiona manifestaciones digestivas; distensión y dolor abdominal, gases y diarrea, principalmente, por lo que limitarlos en la dieta es fundamental.
Los síntomas que ocasiona depende de la cantidad ingerida y sobretodo si se toman conjuntamente. El dolor y la distensión abdominal que padecen mejora si se reducen las cantidades en 3 de cada 4 pacientes aproximadamente.
¿Por qué son dañinos estos azúcares en el colon irritable?
En primer lugar porque se absorben con dificultad en el intestino delgado. La fructosa es un monosacárido o azúcar simple presente en las frutas que se absorbe a la mitad de velocidad que la glucosa.
La lactosa es un disacárido presente en los lácteos, y muchas personas con déficit de lactasa no pueden dividirlo en dos monosacáridos.
Otros oligosacáridos o azúcares múltiples presentes principalmente en vegetales y hortalizas no pueden digerirse y se acumulan en la parte final del intestino delgado y al principio del intestino grueso.
Al acumularse esos azúcares en el intestino, la flora intestinal normal los metabolizan y fermentan. El proceso de fermentación ocasiona gases, lo que provoca distensión y dolor abdominal.
Pero estos azúcares no sólo fermentan sino que arrastran agua hacia el intestino por un fenómeno osmótico. El agua que arrastran altera el peristaltismo intestinal normal y causa distensión y dolor abdominal porque aumentan los movimientos propios intestinales.
Esto también ocasiona que las deposiciones sean menos consistentes, y es el fundamento de la diarrea que provocan.
¿Dónde se encuentran los azúcares dañinos en el colon irritable?
La fructosa la encontramos en la fruta principalmente en el melocotón, albaricoque, nectarina, fresa, pomelo, mandarina, kiwi, maracuyá, plátano o piña. Estas frutas son ricas en fructosa y su limitación ha de realizarse en personas con intolerancia a la fructosa sobretodo.
La lactosa en la leche y derivados como el yogur o el queso puede ocasionar síntomas de mala absorción como los descritos en relación al déficit de lactosa y a la intolerancia a la lactosa.
Los oligosacáridos como los fructanos y galactanos se encuentran en forma de inulina añadida a bebidas, salsas, laxantes o suplementos nutricionales que se pueden tomar sin conocer este aspecto. Son frecuentes en determinados grupos de alimentos como:
- vegetales como las alcachofas, espárragos, cebollas, ajos, puerros, coles de Bruselas, remolacha, repollo, brócoli, soja e hinojo, entre otros.
- legumbres como guisantes, lentejas, alubias o garbanzos.
- frutos secos como los pistachos o la nueces.
- frutas como el melocotón, la sandía, la chirimoya o el caqui.
- una de las mayores fuentes alimentarias de fructanos es el trigo, presente en galletas, pan, cereales de desayuno, pasta, cuscús y muchos productos elaborados. Pero debemos saber que tanto en el centeno como la cebada son cereales ricos en fructanos.
La presencia de estos alimentos hace que los síntomas de colon irritable sean frecuentes entre los seguidores de dietas vegetarianas.
Otro tipo de azúcares producen alcoholes como el sorbitol, maniota, Maltitol o xilitol que se utilizan en multitud de productos procesados, como caramelos, chicles, helados, pasteles, chocolates, …
También están presentes en la pasta de dientes y enjuagues bucales. Hasta el 70% de estos azúcares no se absorben en el intestino delgado, acumulando en la porción gruesa donde las bacterias los fermentan.
Son fuentes de manitol:
- frutas como la manzana, el albaricoque, las moras y aguacates, cereza, nectarinas, peras, ciruelas y pasas.
- vegetales como la coliflor o los champiñones.
¿Cómo puedo evitar las molestias del colon irritable?.
Las personas con molestias digestivas asociadas a alguno de los alimentos referidos, deben evitar su consumo. Parece evidente. Pero a veces, el consumo está enmascarado en los productos elaborados que pueden tenerlos en su composición.
Parece razonable recordar los alimentos consumidos el día previo o el mismo día en que se inician los síntomas, que es cuando se acumulan en el intestino.
Los síntomas son específicos en cada individuo, porque dependen de la sensibilidad individual de cada uno.
La mejoría clínica se consigue tras una semana siguiendo una dieta baja en este tipo de azúcares comentados.
No hay una tabla específica de composición de alimentos, pero seguir una dieta con baja concentración de estos azúcares puede ayudarnos a evitar los síntomas.
Es recomendable que se siga una dieta baja en determinados hidratos de carbono.
Algunos alimentos orientativos para elaborar una dieta baja en hidratos de carbono se compone de:
- Lácteos bajos en lactosa o derivados sin lactosa, quesos curados, tipo Brie, Camembert, Cheddar, Parmesano o Mozzarella. Estos alimentos aseguran el aporte de calcio diario necesario.
- Bebidas vegetales de almendra, avena, … Si es bebida de soja no debe contener inulina.
- Cereales como arroz, espelta, maíz, tapioca, avena o quinua.
- Verduras y hortalizas: patata, boniato, calabacín, calabaza, acelga, espinacas, pepino, pimiento rojo, lechuga, tomate, zanahoria, …
- Verduras usadas en condimentos elaborados con apio, perejil, cilantro, albahaca, menta, chile, orégano, tomillo, romero,…
- Grasas: aceites vegetale de oliva y girasol, manteca, mantequilla y mayonesa.
- Frutos secos: almendras, anacardos, cacahuetes, semillas de girasol y calabaza.
- Frutas: mandarina, naranja, papaya, piña, fresa, plátano, uva, melón, kiwi, lima, limón.
Pueden usarse edulcorantes como la sacarosa, sucralosa, estevia, aspartamo, sacarina o mermeladas de frutas permitidas.

Para cocinar no se deben utilizar ajo y cebolla en las dietas para pacientes con colon irritable.
Bebidas como las infusiones, el café no torrefacto, cacao, refrescos edulcorados con los edulcorantes permitidos, o los vinos secos pueden ser admitidos en esta dieta.
Para cocinar no se debe usar ni el ajo ni la cebolla, permitiendo el cilantro, la albahaca, la hierba de limón, menta, chile o perejil, así como el orégano, el tomillo o el romero.
En pacientes con síndrome de colon irritable, en una primera fase conviene eliminar de la dieta los alimentos que hemos comentado.
En una segunda fase se pueden reintroducir de manera progresiva, por grupos pero no de forma sumatoria. La primera semana se introducen alimentos ricos en fructosa, la segunda los ricos en lactosa retirando los ricos en fructosa de la semana anterior. En caso de sintomatología se deben suspender.
El control de los síntomas con la regulación de los alimentos ingeridos permite disminuir el uso de fármacos asociados al síndrome de colon irritable. Pero sobretodo, permite una buena calidad de vida con una alimentación adecuada.