Seleccionar página
El colesterol elevado en sangre es un riesgo serio para la salud. Todo el mundo lo sabe pero pocas veces se hace lo suficiente como para disminuir los nocivos efectos en la salud. Un dato: en España uno de cada dos adultos tiene altos niveles de colesterol en sangre, pero sólo el 50% lo saben.

El colesterol es una grasa necesaria para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo, ya que forma parte de estructuras celulares esenciales y de multitud de hormonas. Pero sus altos niveles en sangre aumentan los riesgos de padecer un infarto de miocardio o un ictus, principales causas de mortalidad en nuestra sociedad. 

¿Qué nivel de colesterol se recomienda?

Un dato a tener en cuenta para conocer las consecuencias de tener elevado el colesterol en sangre:  si su valor total es superior a 240 mg/dl, se duplica el riesgo de padecer un infarto respecto a quienes lo tienen más bajo. Sin embargo, la parte maligna de dicho colesterol se valora en unas cifras relacionadas con ese valor total y que es el de las partículas de baja densidad o LDL.

 

 

De manera general se recomienda tener un colesterol total inferior a 200 mg/dl o un LDL inferior a 120 mg/dl, que en personas con patología cardiaca debe ser inferior a 70 mg/dl.

 

Pero, ¿qué es el colesterol y por qué es dañino? 

El colesterol es una molécula compuesta por partículas de grasa: las LDL( Low Density Lipoproteins), las VLDL ( Very Low Density Lipoproteins) y las HDL ( High Density Lipoproteins). La parte más dañina del colesterol es la LDL o “colesterol malo”, que se “pega” a la cara interna de las arterias por donde circula la sangre. Si ésta contiene altos niveles de colesterol, se pega en las paredes y ocasiona unas placas de ateroma que son el fundamento fisiopatológico de formación de la ateroesclerosis. Generalmente este proceso es silente, es decir, no presenta síntomas tener el colesterol elevado o no, pero las consecuencias pueden ser mortales.

palpitaciones clinica do muiño

Cuando las células no son capaces de absorber todo el colesterol que circula en sangre para llevarlo al hígado y almacenarlo, el sobrante se deposita en las paredes arteriales. Esto ocasiona un estrechamiento de la luz arterial progresivo y silente que es crítico a nivel de corazón, cerebro, riñones o arterias de los miembros inferiores.

 

Cuando se deposita el colesterol en la pared interna de las arterias se producen unos fenómenos de inflamación localizados, y fibrosis posterior porque acuden múltiples células de defensa que ocasionan fibrosis y endurecen esas placas de ateroma, ocasionando una calcificación arterial clave para obstruir las arterias y que es el fundamento de la arterioesclerosis.

La desestabilización de estas placas puede ser causada por un esfuerzo o a causa de la hipertensión arterial mantenida. Se rompen esas placas y la exposición de sus fisuras permite que se agreguen plaquetas y otros elementos de la coagulación sanguínea ocasionando un trombo localizado en dicho punto.

clinica do muiño infarto miocardio

Esta oclusión puede ser parcial y producir una angina de pecho, porque hay un pequeño flujo de sangre aún, o una obstrucción completa que ocasiona el taponamiento total de la arteria. Si es una arteria coronaria puede causar un infarto de miocardio, y si es una arteria del cerebro puede ocasionar una trombosis cerebral o ictus cerebrovascular isquémico.

 

 

¿Por qué es importante diagnosticar el colesterol en sangre?

La importancia de un diagnóstico precoz que permita reducir los niveles de colesterol en sangre hasta las cifras recomendadas, es motivo de su determinación en las analiticas sanguíneas que se realizan de manera rutinaria para mantener una adecuada salud cerebrovascular. Su nivel en sangre no causa síntomas salvo cuando se produce una angina, un infarto o un accidente cerebrovascular.

hábitos de salud

Si los niveles de colesterol están un poco elevados y no hay otros problemas de salud, el tratamiento habitual se basa en una dieta equilibrada con bajo contenido en grasas saturadas (presentes en carnes procesadas, carnes rojas, bollería, galletas, quesos curados,…) y más ricas en frutas, verduras, pescados, frutos secos o carnes poco grasas.

 

 

La dieta saludable baja en grasas debe combinarse con actividad física de intensidad moderada al menos 150 minutos semanales. Este ejercicio disminuye los niveles de LDL y aumenta la porción de HDL o “colesterol bueno”, mejorando el perfil lipídico presente en la sangre.

 

Cuando la dieta y el ejercicio físico no son suficientes o hay problemas asociados como la diabetes tipo 2 o la hipertensión arterial, es necesario asociar fármacos como estatinas, fibratos o ezetimiba, además del tratamiento específico de estas enfermedades.

La obesidad o el sedentarismo son factores de riesgo que suelen asociarse a los niveles elevados de colesterol en sangre. Y si se añade la hipertensión arterial o la diabetes, nos encontramos en una única persona con los elementos fundamentales para seguir aumentando el papel de las enfermedades cardiovasculares como la principal causa de mortalidad en nuestra sociedad.

 

En nuestra mano está modificarlos para aumentar nuestra esperanza de vida.