La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado las principales causas de mortalidad en la población mundial y las causas de discapacidad en los últimos 20 años (entre los años 2000 y 2019). Actualmente, siete de las diez principales causas de mortalidad se deben a las enfermedades no transmisibles. Probablemente no sabrás a qué me refiero, pero si comento que el infarto de miocardio o el ictus son las dos causas más frecuentes de muerte, seguro que sí comprendes de lo que hablamos.
Al principio del siglo XXI, la mortalidad era la misma que ahora en sólo cuatro de las diez causas principales. Estas tendencias han obligado a las autoridades sanitarias mundiales a redirigir los esfuerzos para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares, el
cáncer, la diabetes o las
enfermedades crónicas respiratorias. Detectar precozmente estas patologías y diagnosticarlas cuanto antes es un reto que no puede quedar ralentizado por la pandemia del Covid.
Por eso, Atención Primaria es un punto fuerte en el que el sistema sanitario debe apoyarse para reducir estas causas de mortalidad.
El director general de la OMS, el Dr Tedros Ghebreyesus ha manifestado la necesidad de mejorar la Atención Primaria de salud de manera equitativa e integral, ya que es la base en la que se apoyan los sistemas sanitarios. No sólo para prevenir las enfermedades crónicas no transmisibles, sino para gestionar la pandemia de Covid que nos asola.
En la actualidad siete de las diez principales causas de muerte son enfermedades no transmisibles, según las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019 de la OMS. Esto constituye un aumento con respecto al año 2000 en el que las enfermedades no transmisibles eran cuatro de las diez principales causas de muerte.
Las estimaciones revelan las tendencias de las dos últimas décadas en mortalidad y morbilidad por enfermedades y traumatismos. Asimismo, subrayan claramente la necesidad de prestar una mayor atención en el ámbito mundial a la prevención y el tratamiento de las
enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las neumopatías crónicas, y de reducir los traumatismos en todas las regiones del mundo.
Todo ello se establece en la agenda para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Según señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS:
«Ponen de relieve la urgencia de mejorar drásticamente la atención primaria de salud de manera equitativa e integral. Sin lugar a dudas
la robustez de la atención primaria de salud es la base sobre la que descansa todo, desde la lucha contra las enfermedades no transmisibles hasta la gestión de una pandemia mundial».
Las cardiopatías siguen siendo la primera causa de mortalidad, y la diabetes y la demencia se sitúan entre las 10 causas principales
Las cardiopatías son desde hace 20 años la causa principal de mortalidad en todo el mundo. Pero ahora provocan más muertes que nunca, estimando que las muertes debidas a las cardiopatías han aumentado desde el año 2000 en más de 2 millones de personas, hasta llegar a casi 9 millones de personas en 2019.
Las cardiopatías representan en estos momentos el 16% del total de muertes debidas a todas las causas. Más de la mitad han ocurrido en la Región del Pacífico Occidental de la OMS, mientras que la Región de Europa ha experimentado una disminución relativa de las cardiopatías, con una disminución de la mortalidad del 15%.
La
enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia se encuentran ahora entre las 10 principales causas de muerte en todo el mundo. Ocupan el tercer lugar tanto en América como en Europa en 2019. Las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada: a nivel mundial, el 65% de las muertes por
Alzheimer y otras formas de demencia corresponden a mujeres.
Las muertes por diabetes aumentaron en un 70% a nivel mundial. En la Región del Mediterráneo Oriental, la mortalidad por diabetes se ha duplicado y representan el mayor porcentaje de aumento de todas las regiones de la OMS.
Resulta relevante resaltar el descenso de mortalidad debido a enfermedades transmisibles, que son un reto en países de ingresos bajos y medianos. En 2019, las enfermedades pulmonares como las neumonías y otras infecciones de las vías respiratorias inferiores fueron el grupo más mortífero de enfermedades transmisibles.
Globalmente, las enfermedades transmisibles constituyen la cuarta causa principal de mortalidad. Alguna de éstas como el VIH/sida pasó de ser la octava causa de muerte en 2000 a la decimonovena en 2019. Esto se debe al éxito de las iniciativas para prevenir la infección, detectar el virus mediante pruebas y tratar la enfermedad en las dos últimas décadas.
Aunque la infección por VIH es la cuarta causa de mortalidad en África, el número de muertes ha disminuido en más de la mitad, pasando de más de 1 millón en 2000 a 435 000 en 2019.
La tuberculosis pasó del séptimo lugar en 2000 al decimotercero en 2019, con una reducción del 30% en las muertes mundiales, aunque es una de las 10 causas principales de muerte en las regiones de África y Asia Sudoriental, donde es la octava y quinta causa principal, respectivamente.
Las enfermedades transmisibles en los países de ingresos bajos causan seis de las 10 principales muerte: paludismo (sexta causa), tuberculosis (octava) y VIH/sida (novena).
La OMS estima que con la longevidad se vive más tiempo pero con más discapacidad.
La discapacidad va en aumento. y el mayor número de años de vida saludable perdidos se deben a las cardiopatías, diabetes, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Entre todas ellas causaron aproximadamente 100 millones más de años de vida saludable perdidos en 2019, si los comparamos con los perdidos en el año 2000.
En América el consumo de drogas ha surgido como un factor importante que contribuye a la discapacidad y al número de muertes, ya que se triplicó el número de muertes por esta causa. Esta región es la única en la que el trastorno por consumo de drogas es uno de los 10 principales factores que contribuye a la pérdida de años de vida saludable debido a muertes prematuras y discapacidad. En todas las demás regiones mundiales, este factor no aparece entre las 25 causas principales.
Las Estimaciones Sanitarias Mundiales de la OMS presentan datos sobre mortalidad, morbilidad y esperanza de via comparables entre regiones. Todos los datos están desglosados por edad, sexo y causa. Se calculan con datos procedentes de fuentes oficiales fiables, que se analizan y procesan con métodos científicos válidos. Estos datos ayudan en las políticas que orientan las prioridades de los estados y la asignación de recursos para prevenir muertes y discapacidad.
La disponibilidad de servicios para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades es clave para reducir el número de muertes y la discapacidad. Estas nuevas estimaciones indican claramente dónde se necesitan con más urgencia inversiones adicionales en servicios.
A día de hoy, la COVID-19 se ha cobrado trágicamente cerca de 2 millones de vidas en todo el mundo. Las personas que padecen cardiopatías,
diabetes y afecciones respiratorias, u
obesidad corren un mayor riesgo de tener complicaciones y morir debido a la COVID-19.
Las autoridades sanitarias se basan en la disponibilidad de datos fiables para tomar decisiones, y probablemente en la próxima actualización se incluirá una evaluación de los efectos directos e indirectos de la pandemia de COVID-19 en la mortalidad y la morbilidad.