Debes repetir a tus hijos consejos de cuidado de sus dientes para evitar la caries, patología muy habitual en la actualidad, que les afecta a ellos y también a una gran cantidad de adultos. Los dientes son estructuras duras formadas por esmalte, dentina y cemento pero pueden padecer enfermedades que los deterioran y reblandecen causando enfermedades que pueden facilitar su caída. Su prevención debe realizarse desde los primeros años de vida.
Cada diente presenta en su interior unos conductos en los que se encuentran los vasos sanguíneos que lo nutren y los nervios que causan tanto dolor cuando se lesionan, así como la pulpa. Alrededor de cada diente hay un ligamento periodontal que lo une al hueso que lo rodea y que cuando está muy afectado por la caries puede facilitar su caída.
La detección precoz de las caries es fundamental para evitar su progresión, ya que los dientes no se regeneran por sí mismos salvo los de leche. Aunque puedan parecer muy duros se pueden dañar y caer.
Incluso estos dientes temporales pueden favorecer la aparición de caries en los dientes definitivos que nazcan.
Cuando observamos un diente, la parte más externa que vemos es el esmalte que es un tejido duro, muy mineralizado pero que como veremos puede descomponerse con los ácidos de la boca que se producen por exceso de azúcares en la misma.
Es una estructura que permite la masticación y evita que se lesionen sus estructuras internas que son más blandas. Está compuesta en más de un 90% por minerales, y al ser una estructura inorgánica, el esmalte no duele.
La capa que está por debajo del esmalte es la dentina, formada por una parte mineral y por otra orgánica con terminaciones nerviosas de alta sensibilidad que pueden causar dolor si se lesionan.
El cemento de la raíz del diente es un tejido duro que rodea la superficie externa de la raíz y está en íntimo contacto con el ligamento periodontal que unen el diente al hueso de la mandíbula, donde van insertadas las piezas dentales.
La parte más interna del diente está formado por el nervio del diente y la pulpa dental con una arteria y una vena que permiten la nutrición y oxigenación del diente.
La pulpa es totalmente orgánica y, si se infecta se produce una pulpitis muy dolorosa, por lo que conviene seguir algunos consejos para mantener una adecuada salud bucodental.
Pero, ¿qué es la caries y por qué se produce?
La caries dental es una infección del diente, de origen bacteriano que destruye las estructuras dentales. Es producida por gérmenes que habitualmente viven en la boca y cuya concentración aumenta si existen restos de comidas, sobretodo azúcares.
Cuando comemos, los azúcares de los restos de los alimentos que quedan en la boca son degradados por la placa bacteriana y producen unos ácidos que hacen que el pH de la boca disminuya, lo cual quiere decir que se vuelve más ácida. Esa acidez lesiona el esmalte y causa pérdida de minerales que contiene provocando su desmineralización.
La placa bacteriana está compuesta por numerosos microorganismos que crecen en exceso si no se mantiene una adecuada higiene oral. De todos los gérmenes, existe uno que es el principal causante de las lesiones: el estreptococo mutans contra el cual se han realizado experimentos para desarrollar una vacuna, sin éxito hasta el momento.
Hay varios factores que influyen en el desarrollo de la caries y no sólo la cantidad de bacterias que producen ácido. Por ejemplo, la susceptibilidad propia de los dientes de cada persona, el consumo de azúcares y el tiempo que permanecen en la boca hasta que se realiza el siguiente lavado oral. Esto es muy importante ya que influye el tiempo que los dientes están expuestos a los ácidos derivados del azúcar, es decir la calidad de la higiene oral.
Cuando la caries lesiona el esmalte, los microorganismos entran por los conductos del interior del diente hacia la parte blanda interna del mismo afectando a la dentina, que está formada por material orgánico más blando.
Cuando hay un exceso de acidez en la boca se desmineraliza la superficie del diente y se liberan iones de calcio y fosfato que quedan en la saliva.
Cuando dicha acidez desaparece, los iones vuelven a la superficie del diente remineralizando nuevamente el esmalte en un proceso dinámico.
Si predomina la acidez se pierde mineral que no se recupera y generará una lesión dental que precisará habitualmente un empaste.
¿Cuándo puede aparecer la caries?
La caries de la primera infancia puede aparecer con los primeros dientes del niño. Por eso los cuidados deben iniciarse al aparecer en la boca limpiándolos con una gasa húmeda. Si se retrasan dichos cuidados de higiene dental, más probabilidades tendrá el niño de presentar caries.
Recuerda que cuando los dientes de leche presentan caries, y aunque más adelante se caerán, más probabilidades hay de que aparezca caries en los dientes definitivos.
¿Cómo podemos saber si tenemos caries?
La caries la diagnostica el dentista con las revisiones periódicas, aconsejablemente cada seis meses, o cuando se acude por dolor dental y ve las lesiones.
Lo primero que se observa en un diente con caries es la aparición de un cambio de color del esmalte del diente que se vuelve más blanquecino y sin brillo. Posteriormente puede aparecer un reborde de color amarillento u oscuro alrededor de la zona afectada.
También se puede apreciar en fases tardías una zona de pérdida de sustancia y un socavón del esmalte que se acaba rompiendo tras un lento proceso.
La caries comienza en zonas donde queda retenida la comida, por eso los molares son los más susceptibles ya que suelen quedar restos de comida en ellos.
Cuando afecta a la zona más superficial del diente como es el esmalte, no causa dolor, pero cuando afecta a estructuras más internas como la dentina puede causar dolor los simples cambios de temperatura: tanto el frío como el calor.
Y aunque la estructura superficial dental sea muy dura, es sensible al ácido, por lo que al avanzar la infección afecta a las estructuras blandas internas del diente donde están las estructuras nerviosas y puede no sólo causar dolor sino acumular pus que provoca un flemón dental muy doloroso y precisará antibióticos.
¿Qué hábitos de salud provocan la caries?
La falta de una higiene adecuada de la boca es el principal factor de riesgo, ya que favorece la acidez en la boca. Por ejemplo, consumir chucherías como caramelos, bebidas refrescantes, zumos con azúcares añadidos u otros productos que contienen azúcar como la bollería y la pasta pueden producir ácido.
Una dieta saludable suele proteger la dentadura, como también comer una manzana. Si en alguna ocasión no puedes limpiar los dientes o vas a tardar en hacerlo, un pequeño consejo que puede ayudar a tus dientes es comer una manzana ya que limpia la boca de restos y disminuye la acidez oral.
De todos modos, existen pequeños kits de limpieza dental para viajar, para llevar en un bolso o mochila que te pueden sacar de más de un apuro.
Y, ¿se puede contagiar la caries?
Los microbios de la boca de los niños en los primeros años de vida suelen proceder de la boca de sus padres al poner en contacto su saliva con los chupetes del niño (en la limpieza del chupete), la tetina del biberón o cuando cortan los alimentos con su propia boca.
No tiene que ver que los adultos tengan caries o no, simplemente el intercambio de saliva podrá transferir estos gérmenes.
Por ello, la principal recomendación es limpiar los chupetes con agua, nunca con la boca, y no compartir alimentos que han pasado por la boca de los adultos.
¿Cómo se tratan las caries en los niños?
Cuando la lesión llega al nervio de dientes temporales se realiza una pulpotomía o tratamiento del nervio. No es una endodoncia habitualmente realizada en dientes definitivos. Como generalmente no afecta al tejido nervioso del diente, se tapona con un empaste.
Cuando la caries ha provocado un gran agujero en el diente se tapona con unas coronas si la dentición es temporal, o con un empaste si es dentición definitiva. Hay que extraer el diente cuando la infección ha destruido las raíces del mismo y ya no es recuperable.
Cualquier infección en el diente temporal que progrese por la raíz creará una bolsa de pus que afectará al diente permanente.
A veces los dientes definitivos salen con malformaciones, manchas o lesiones secundarias a la infección que tuvo el diente de leche en su día y no se trató de forma adecuada.
Por eso es importante que se traten los dientes de leche para evitar que aparezcan lesiones en los dientes definitivos. Recordad que las revisiones dentales en los niños deben ser cada 6 meses para prevenir la caries salvo otra indicación del dentista.
¿Qué medidas de prevención son aconsejables?
Hasta el primer año de edad, es suficiente limpiar los dientes con una pequeña gasa humedecida.
A partir de los dos años se introduce el cepillo, de cabezal pequeño y cerdas suaves con una función crucial de enseñanza sobre la frecuencia y tipo de limpieza tras cada comida y cuando coman chucherías pasándole el cepillo con delicadeza, después de cada comida.
Quizás lo más importante sea crearles un hábito de limpieza que deberían mantener el resto de su vida.
Por cierto, la cantidad de pasta ha de ser equivalente a una lenteja ya que no es aconsejable que trague el flúor.
En cuanto a la seda dental, quizás sea mejor usarla en edades más adultas ya que son de uso complicado en niños y el tiempo de uso que deben dedicarle puede reducir el tiempo de cepillado o aburrirlos y abandonar el hábito.
En resumen, unos consejos finales:
- No es recomendable usar el biberón con líquidos azucarados, chupetes untados en miel o azúcar ni administrar líquidos azucarados, y mucho menos por las noches. Estos azúcares se convierten en ácido en la boca y degradan el diente.
- Los niños no deben acostarse sin cepillar correctamente los dientes sí como de manera circular y de arriba a abajo, y hacer un enjuague con flúor para que proteja toda la superficie dental.
- Es bueno que los niños vean a sus padres y hermanos mayores limpiarse los dientes sin necesidad de obligaciones.
- Recuerda dar a los niños un kit de limpieza dental para la escuela si comen allí, o cuando van de viaje.
- No se deben compartir alimentos de la boca del adulto a la de los niños ya que se transmiten bacterias que favorecen la caries, ni por supuesto, compartir cepillos dentales.
- Recuerda que los niños deben hacer revisiones en el dentista cada seis meses, salvo indicación de mayor frecuencia, y que en la etapa infantil dichas revisiones son gratuitas en la sanidad pública.
- Acude al dentista cuando inician síntomas de dolor o mayor sensibilidad dental al frío o al calor de los alimentos, para evitar que los problemas sean mayores si se retrasa la visita.
- Mantener una dieta sana y equilibrada es la mejor garantía de salud, también la de sus dientes. Aún así, los niños pueden tomar ocasionalmente chucherías o dulces, aunque posteriormente deben limpiarse bien los dientes por todo lo que hemos comentado previamente.
Consejos de niño a niño: recuerda cepillarte los dientes después de cada comida (desayuno, comida y cena) o si comes chuches. Es mejor lavarse los dientes lo antes posible para evitar que crezcan los gérmenes en la boca y degraden el esmalte causando caries.