El cáncer es una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. Conciénciate y conoce lo que debes saber sobre el cáncer. Se estima que el número de nuevos casos aumente un 70% en los próximos 20 años y, al menos un tercio de todos los casos de cáncer, pueden prevenirse. Aprovechando el Día Mundial del Cáncer te ofrecemos unos sencillos consejos de prevención y te explicamos esta enfermedad y sus causas.
Los cánceres diagnosticados con más frecuencia en el hombre son los de pulmón, próstata, colon y recto, estómago e hígado.
En la mujer, sin embargo, son los de mama, colon y recto, pulmón, cuello uterino y estómago.Esta enfermedad se caracteriza por la multiplicación rápida de células de cualquier tejido del organismo. Se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, proceso conocido como metástasis y que son la principal causa de muerte en estos enfermos.
Aproximadamente un 30% de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores de riesgo relacionados con nuestros hábitos de vida: obesidad, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.
El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante, y causa más del 20% de las muertes por cáncer en general, y alrededor del 70% de las muertes por el tumor de pulmón. Puede ser un buen propósito dejar de fumar.
¿Cuál es la causa del cáncer?
El cáncer comienza en una célula que se multiplica de manera exponencial y le hace crecer. La transformación de una célula normal en tumoral es un proceso que resulta de interaccionar factores genéticos del paciente y agentes externos que inician o aceleran el proceso.
Estos agentes pueden ser físicos, como las radiaciones ultravioleta e ionizantes; químicos como los componentes del humo de tabaco; o biológicos, como las infecciones causadas por determinados virus: hepatitis B (VHB) y C (VHC) y algunos papilomavirus humanos (VPH) aumentan el riesgo de cáncer de hígado y cuello uterino, respectivamente.
Los principales factores de riesgo, como hemos comentado, son el consumo de tabaco y alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física que condiciona obesidad, todos ellos modificables y susceptibles de cambiar mentalizándose para el cambio.
Pero, ¿cómo se puede reducir la carga de morbilidad por cáncer?
Es posible reducir y controlarlo aplicando estrategias para prevenir o detectarlo a tiempo. De hecho, muchos cánceres tienen grandes probabilidades de curarse si se detectan tempranamente y se tratan de forma adecuada.
Se calcula que una tercera parte de las defunciones por esta causa podrían evitarse modificando o evitando los principales factores de riesgo ya comentados.
Pero también es importante realizar un diagnóstico temprano. Conocer los síntomas y signos iniciales es fundamental para que se puedan diagnosticar y tratar precozmente. Cuando no es posible la detección temprana o de cribado, los pacientes son diagnosticados en estadios muy tardíos, cuando yo no son posibles los tratamientos curativos.
El cribado tiene por objeto descubrir a los pacientes que presentan anomalías indicativas de un cáncer determinado, o de una lesión precancerosa, y así poder diagnosticarlos y tratarlos precozmente.
Los programas de cribado especialmente eficaces son las pruebas de detección de VPH o el frotis de Papanicolau o citología para el cáncer cervicouterino o la mamografía para el cáncer de mama.
El diagnóstico correcto del cáncer es esencial para un tratamiento adecuado y eficaz, porque cada tipo de cáncer necesita un tratamiento específico que puede abarcar una o más modalidades, tales como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia.
El objetivo principal radica en curar el cáncer o prolongar la vida de forma considerable. Otro objetivo importante consiste en mejorar la calidad de vida del paciente, lo cual se puede lograr con atención paliativa y apoyo psicológico.
Algunas de las formas más comunes de cáncer, como el mamario, el cervicouterino, el bucal o el colorrectal, tienen tasas de curación más elevadas cuando se detectan pronto y se tratan correctamente.
Otros tipos de cáncer, como las leucemias y los linfomas en los niños, o el seminoma testicular, tienen tasas de curación elevadas si se tratan adecuadamente.
¿Cómo podemos prevenir el cáncer?
La prevención constituye la estrategia a largo plazo más costoeficaz para su control, y trata de incidir en todos aquellos factores modificables comentados.
Al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse.
El tabaquismo es el factor de riesgo evitable que por sí solo provoca más muertes por cáncer en todo el mundo, aproximadamente el 22%.
El humo de tabaco provoca muchos tipos de cáncer. pulmón, esófago, laringe (cuerdas vocales), boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero.
Se ha demostrado que el «humo ambiental» causa cáncer de pulmón en los no fumadores. El tabaco sin humo (en forma de productos orales, de mascar o en polvo) provoca cáncer de boca, esófago y páncreas.
La inactividad física y la dieta poco saludable condiciona la aparición de obesidad y sobrepeso. Ambas se asocian con muchos tipos de cáncer, como el de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón. Una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una dieta sana, reducirán considerablemente el riesgo de contraer cáncer.
Las dietas ricas en frutas y hortalizas, propias de una alimentación saludable, pueden tener un efecto de protección contra otros muchos tipos. Por el contrario, el consumo excesivo de carnes rojas y en conserva puede estar asociado a un mayor riesgo de cáncer colorrectal.
Además, unos hábitos alimentarios saludables que los previenen, también contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Y aunque parezca mentira, todo esto se inicia realizando una compra saludable.
El consumo de alcohol es un factor de riesgo para tumores de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon y recto, y mama. El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumida, sobretodo para los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago.
Los agentes infecciosos son la causa de casi el 22% de las muertes por tumores en los países en desarrollo y el 6% en los países industrializados. Las hepatitis virales B y C provocan cáncer de hígado y la infección por el virus del papiloma humano, el de cuello del útero; la bacteria Helicobacter pylori aumenta el riesgo de padecer un tumor de estómago.
La exposición a agentes carcinógenos también puede producirse a través de alimentos contaminados por sustancias químicas, como las aflatoxinas o las dioxinas. La contaminación del aire de interiores causada por fuegos de carbón duplica el riesgo de cáncer de pulmón.
Más de 40 agentes, mezclas y circunstancias de exposición en el ambiente laboral son cancerígenos para el hombre y están clasificados como carcinógenos ocupacionales por su relación con tumores de pulmón, vejiga, laringe y piel, el mesotelioma o la leucemia.
Las radiaciones ionizantes son carcinogénicas para el hombre como se pudo comprobar en estudios epidemiológicos sobre los sobrevivientes japoneses a la bomba atómica, y pueden provocar leucemia y varios tumores sólidos, siendo mayores los riesgos cuanto más joven es la persona expuesta.
Se calcula que la exposición residencial al gas radón que emana del suelo y de los materiales de construcción causa entre el 3% y el 14% de todos los casos de cáncer de pulmón, lo que la convierte en la segunda causa más importante de este tipo después del humo del tabaco.
Los niveles de radón en el hogar pueden reducirse mejorando la ventilación y sellando los pisos y paredes.
Las radiaciones ionizantes son un instrumento indispensable de diagnóstico y terapia. Para garantizar que los efectos benéficos de las radiaciones superen los posibles riesgos, los procedimientos radiológicos médicos deben prescribirse en los casos oportunos y realizarse correctamente, para reducir dosis de radiación innecesarias, especialmente en los niños.
Las radiaciones ultravioleta procedentes del sol son carcinógenas para el ser humano y provocan todos los principales tipos de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma. Evitar la exposición excesiva y utilizar filtro solar y ropa de protección son medidas preventivas eficaces. Disfruta del sol y protégete de las radiaciones solares.
Ahora que conoces más sobre el cáncer, toca concienciarse y cambiar hábitos para vivir mejor. En tu mano está.