Actualmente se cree que existen más de un millón y medio de cuentas en redes sociales relacionadas con el coronavirus. Y no todas esas redes difunden información veraz. Algunas se dedican a las fake-news, es decir, a difundir noticias falsas que crean opinión y confunden a la población en su información rutinaria. Muchos bulos circulan en Internet, y desde este blog intentaremos desmentirlos para vencer los bulos en salud que tanto daño hacen.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) sentenció al inicio de la pandemia el origen de este virus, descartando las conspiraciones que lo centraban en algún laboratorio asiático. El brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19) fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019.
Varios meses después, la vacuna para la Covid-19 comenzó administrándose a los grupos más prioritarios (personas que viven en residencias y sanitarios que combaten de manera más directa la enfermedad).
Los bulos de los antivacunas generan desasosiego, miedo y estrés en tiempos de Covid-19, con algunos mensajes contra los fármacos y las vacunas que generan inmunidad contra el coronavirus se presentan las siguientes.
Bulos: las vacunas alteran el ADN de las personas que se vacunan.
Esto no tiene ningún fundamento científico ya que el temor a que la vacuna altere el ADN es imposible. Las vacunas usan fragmentos de este material genético o ADN (ácido desoxirribonucleico) presente en todas las células del organismo.
Aunque algunas vacunas utilizan el ARN (ácido desoxirribonucleico), y es verdad que no han sido probadas con anterioridad, los estrictos controles de la Agencia Europea del Medicamento o de la FDA (Food and Drug Administration) obligan a pasar rígidos estudios en humanos.
Las vacunas han sido ensayadas en miles de personas, y siguen sometidas a un riguroso control de seguridad para mantener su aprobación. Si en alguno de los estudios preliminares se ha suspendido temporalmente su aplicación, es por la garantía de confirmar que los efectos secundarios de la vacuna no son por su aplicación y sino por una enfermedad que coincide en el tiempo.
En las tres fases de desarrollo de una vacuna, debemos saber que en la Fase I y fase II de estos ensayos clínicos las vacunas se prueban en grupos de voluntarios para comprobar su seguridad y dosis exactas.
En la fase I se estudia la seguridad y efectos biológicos que causa, y en la fase II la eficacia y dosis adecuada.
En la Fase III, se prueban en miles de personas para comprobar su efectividad tanto en el grupo que no recibe la vacuna, como en el que sí la recibe. Ambos grupos se monitorizan para comprobar que no hay problemas derivados. Por tanto, esta fase nos da la eficacia y seguridad para las condiciones de uso habituales.
Bulos: las vacunas produjeron la mutación que originó la cepa británica.
Ninguna vacuna ha causado la cepa británica, variante más contagiosa que la originaria de China. Tampoco causa enfermedades más graves que pueden ir desde un ictus, abortos, convulsiones e incluso la muerte.
Aún siendo complicaciones graves que pueden aparecer en los enfermos, la nueva variante británica se originó en septiembre de 2020, unos meses antes de que la vacunación se iniciara.
Por tanto, la vacunación de la población está garantizada y se trata de mutaciones que el propio virus va desarrollando.
Las opiniones de ciertas personas que difunden de manera libre en las redes sociales o en los periódicos la idea de que las vacunas pueden modificar el genotipo humano no tienen fundamento ni tampoco una base científica que las apoye. Son meras opiniones.
Y son un auténtico disparate pensar que pueden originar seres transgénicos, al más puro estilo cinematográfico.
El ARN no puede alterar el genoma porque una vez que cumplen su función, que es generar una respuesta inmunitaria dentro del organismo, la molécula se degrada.
Bulos: vacunarse contra la gripe favorece la Covid-19.
Como cada año en invierno se inicia la campaña de vacunación contra la gripe. La vacuna antigripal no favorece la entrada del coronavirus, por lo que no causa la Covid-19.
De hecho, el Ministerio de Sanidad confirma que vacunarse de la gripe confiere una cierta protección ante la Covid-19 al disminuir la gravedad y mortalidad asociadas en las personas vacunadas.
Bulos: las vacunas se elaboran con productos derivados de abortos.
Las vacunas no se elaboran con productos derivados de los abortos sino con células creadas en laboratorios con restos de origen humano remoto, es decir, de más de 50 años. Así se intentaba crear la falsa imagen de que los laboratorios promovían los abortos para obtener células, algo totalmente infundado.
Bulos: las vacunas causan mortalidad.
Ninguna vacuna causa la muerte, no sólo contra el coronavirus sino contra cualquier enfermedad. Los rigurosos controles de supervisión que se siguen con las vacunas, impedirían su aplicación en humanos salvo leves efectos secundarios como fiebre, cefalea, malestar, mialgias o síntomas similares.
Las vacunas son los productos farmacológicos más seguros que existen, aunque tenga efectos adversos leves, nunca mortales. Por eso, debes vacunarte.