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La artrosis es una enfermedad articular degenerativa que afecta al cartílago de las articulaciones, al hueso y a los tejidos blandos que les rodean lo que produce hinchazón alrededor de la articulación. Es la enfermedad reumatológica y articular más prevalente a nivel mundial. El gasto sanitario que provoca y la gran afectación en la calidad de vida de quienes la padecen, bien merece nuestra atención.

 

En una época marcada por el interés de nuestra sociedad en mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones de los tratamientos, los fármacos usados en torno a la artrosis superan el gasto farmacéutico de otras patologías como la obesidad, de cuyos fármacos comentamos recientemente.

 

¿A qué articulaciones suele afectar la artrosis?
La artrosis puede afectar a cualquier articulación con movilidad. En estas estructuras existen unas almohadillas que las recubren para que las superficies óseas de la articulación no se rocen con el movimiento.
Con la edad, entre otras causas, esa protección articular se deteriora y ello deja al descubierto el hueso, haciendo que el roce articular genere gran dolor por ser superficies muy inervadas.
La articulación de mayor afectación suele ser a nivel de la mano, en la base del primer dedo. Este tipo de artrosis se llama rizartrosis y es muy habitual en gente con trabajos manuales como las costureras, peones de la industria del pescado o las rederas.
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También puede afectar a las caderas y rodillas, siendo más habitual este tipo de artrosis en personas obesas, con traumatismos asociados a estas articulaciones o enfermedades centradas en ellas. En este tipo de artrosis, en estadios avanzados, se propone valorar prótesis metálicas que reemplazan las articulaciones en casos severos como único tratamiento alternativo al dolor e incapacidad asociadas.
A nivel de la columna vertebral, es habitual que la artrosis se localice a nivel cervical o lumbar. Además de dolor localizado en este segmento de la columna, se afecta la movilidad del tronco y por tanto su autonomía ya que limita los desplazamientos sin dolor. Sucede algo similar a lo que se comentó con la artritis.
¿Cómo son los síntomas de la artrosis?

Aunque ya desde mediados de la edad adulta aparecen signos de degeneración ósea sugestivas de artrosis, los cambios suelen ser progresivos y lentos. Al principio aparece dolor con los movimientos articulares del ejercicio físico, que ceden con el reposo.

 

También es habitual que por las mañanas exista más dolor con el inicio de la movilidad, mejorando a medida que la articulación va “calentando”. Esto ocasiona rigidez articular por las mañanas o rigidez matutina que mejora a lo largo del día.

Cuando la artrosis avanza, el dolor aparece tras el reposo y el ejercicio físico, de manera que el dolor es más frecuente hasta hacerse continuo.

En fases avanzadas, la artrosis causa incapacidad articular por los severos cambios que alteran la articulación y causan pérdida de la movilidad articular, limitando los movimientos de la misma o haciendo que causen gran dolor.

En estas fases es cuando se plantea la necesidad de reparación quirúrgica mediante la colocación de prótesis articulares en rodillas o caderas principalmente.

 

 

¿Tiene tratamiento la artrosis?

La artrosis avanza con la edad por lo que al ser una enfermedad degenerativa no se puede detener, aunque sí se puede retrasar sus síntomas o paliarlos con analgésicos.

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Siempre resulta necesario seguir una dieta saludable y hacer ejercicio físico adaptado a las características de cada persona y sus posibilidades, ya que es una garantía de salud. Aunque en ocasiones ciertas dietas antiinflamatorias puedan ayudar.

 

Uno de los fármacos más usados es el paracetamol o el ibuprofeno. En fases más avanzadas en las que estos medicamentos no funcionan, se usan otros más potentes que no están libres de sus efectos secundarios, y por lo tanto es la tolerabilidad del enfermo la que marca el uso de unos u otros. Se usa también tramadol, una combinación fija con paracetamol, fentanilo en forma de parches, tapentadol e incluso morfina.

Otra opción a los tratamientos orales o tópicos, o incluso en combinación con ellos, es aplicar corticoides articulares.

Es habitual que en ciertos países la gente de mayor edad acuda a los balnearios buscando tratamientos alternativos al dolor al mismo tiempo que les ayuda a mejorar otras patologías.

La elección de unos u otros tratamientos para la artrosis precisan un adecuado diagnóstico y enfoque terapéutico por parte del médico.