Las bebidas azucaradas pueden incrementar el riesgo de mortalidad, especialmente en las mujeres. Esta es una de las conclusiones de un reciente estudio publicado en una de las revistas científicas más prestigiosas sobre salud cardiovascular. Tomar bebidas azucaradas de manera ocasional en celebraciones no tiene por qué producir problemas serios de salud, pero tomarlas a diario o con más frecuencia de los recomendable puede causar serios problemas de salud a largo plazo.
Parece ser que cuantas más bebidas azucaradas consume una persona, mayor es el riesgo de muerte prematura. Principalmente a causa de enfermedades cardiovasculares y debido al cáncer.
Esto es lo que se desprende de un estudio a largo plazo realizado en hombres y mujeres de Estados Unidos, y publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Circulation. El riesgo de muerte prematura asociada al consumo de bebidas azucaradas resultaba especialmente mayor entre las mujeres.
Este estudio también encontró que beber una bebida azucarada diaria incrementaba el riesgo de muerte prematura. Pero si el consumo era de 4 o más, el riesgo de mortalidad era mayor en las mujeres.
Los resultados de este estudio aportan motivos más que suficientes para limitar el consumo de bebidas azucaradas, y sustituirlas por el consumo de agua, como manera de mejorar la salud y aumentar la longevidad de la población. De hecho, en la pirámide de alimentación saludable la bebida por excelencia que debe acompañar las comidas es el agua.
Las bebidas azucaradas, carbonatadas o no carbonatadas, son la principal fuente de consumo de azúcar añadido en la dieta de la población de Estados Unidos. Este consumo excesivo de azúcar es el motivo principal por el que no se sigue la recomendación general de no consumir más del 10% de las calorías diarias a partir de azúcares añadidos. Y también superan el tope de 25 gramos diarios de azúcar que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
Según los autores del estudio, aunque sea población americana, es muy probable que los resultados sean similares en otros países occidentales, en los que el marketing puede influir sobremanera en los altos niveles de obesidad en niños y adolescentes.
Estudios previos demostraron que la ingesta de bebidas azucaradas se asociaba no sólo al aumento de peso, sino a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas e ictus. Sólo algún estudio ha podido demostrar su relación con la mortalidad.
En este nuevo estudio se analizaban más de 80.000 mujeres que habían participado en el Nurses Health Study entre 1980 y 2014, y cerca de 38.000 varones que participaron en el Health Profeccionals Follow-Up Study entre 1986 y 2914. En ambos estudios, los participantes respondieron cuestionarios sobre el estilo de vida cada dos años.
Después de realizar un ajuste según dieta y estilo de vida, los investigadores encontraron que a mayor consumo de bebidas azucaradas, mayor era el riesgo de muerte por cualquier causa. Comparando con quienes bebían menos de una de estas bebidas al mes, beber de una a cuatro bebidas mensuales incrementaba el riesgo de muerte en un 1%. Si bebían entre 2 y 6 bebidas a la semana el incremento era de un 6%. Y si se bebía 1 ó 2 bebidas azucaradas diarias el riesgo aumentaba un 14%, y hasta un 21% si se bebían dos o más bebidas diarias.
Este riesgo de mortalidad asociado al consumo de bebidas azucaradas era mayor entre las mujeres que entre los varones. Pero en el estudio había una relación mucho más fuerte entre su consumo y el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular, dado que ésta se incrementa. Si se compara con bebedores infrecuentes de este tipo de bebidas, aquéllos que consumen 2 o más tenían un riesgo de muerte prematura un 31% más alto. Y cada bebida a mayores suponía un incremento de mortalidad de un 10%.
Cuando se relacionó el consumo de bebidas azucaradas con muerte prematura debido a cáncer, tanto en hombres como en mujeres, la relación era más modesta.
Los investigadores estudiaron qué sucedía si estas bebidas azucaradas se sustituían por bebidas endulzadas de manera artificial con edulcorantes. La asociación con muerte prematura era un poco menor, pero aún así si se consumían 4 o más de estas bebidas, la relación con mortalidad global o por enfermedad cardiovascular seguía siendo alta.
Estos hallazgos confirman el efecto poco beneficioso del alto consumo de azúcar sobre los factores de riesgo metabólico, y la fuerte evidencia de la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo incrementado de diabetes tipo 2, que en sí mismo ya es un factor mayor de riesgo de muerte prematura.
Los resultados de este estudio apoyan iniciativas que limiten el marketing en torno al consumo de bebidas azucaradas por parte de niños y adolescentes, y plantean la imposición de una tasa para disminuir su consumo y ayudar en el coste del tratamiento sanitario de las consecuencias de su consumo excesivo, como sucede en algunos países.
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